Identificar riesgos y saber cómo actuar ante diferentes tipos de fuego es esencial para minimizar daños y evitar emergencias en el hogar. La educación preventiva es fundamental.

Los incendios en el hogar representan una de las principales emergencias que pueden afectar la seguridad de las familias. La mayoría de estos siniestros se originan por descuidos o fallas en los sistemas eléctricos, el uso inadecuado de fuentes de calor o la acumulación de materiales combustibles en el entorno doméstico. Por ello, es fundamental contar con conocimientos preventivos y saber cómo actuar ante diferentes tipos de incendios para evitar daños mayores y proteger la vida de las personas.

Según Ingrid Riquelme, Jefa de la Unidad de Prevención de Riesgos de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC), “entre las principales causas de incendios en el hogar se encuentran fallas eléctricas, el mal uso de líquidos inflamables, fugas de gas, acumulación de basura, artefactos de calefacción en mal estado y descuidos como velas encendidas o cigarros mal apagados. Además, factores externos como la acumulación de materiales combustibles, maleza sin corte o vidrios expuestos al sol pueden incrementar el riesgo de incendios. La prevención comienza con el mantenimiento adecuado de las instalaciones eléctricas y de gas, así como con la educación de toda la familia sobre medidas de seguridad”.

En el caso de un incendio de origen eléctrico, es fundamental actuar con rapidez y seguridad. Los expertos recomiendan nunca utilizar agua para sofocar el fuego, ya que puede provocar una descarga eléctrica. En su lugar, se deben emplear extintores adecuados para fuego eléctrico o sofocar las llamas con mantas ignífugas. “Es importante recordar que solo se pueden intentar controlar los primeros indicios de fuego; si este se propaga, lo más seguro es evacuar y llamar a los servicios de emergencia”, señaló Riquelme.

Los incendios en la cocina, especialmente aquellos provocados por el aceite caliente, son muy comunes. Un error frecuente es intentar apagar el fuego con agua, lo que solo agrava la situación. En estos casos, de acuerdo a la prevencionista de riesgos, “lo correcto es humedecer un paño amplio y colocarlo cuidadosamente sobre la llama para sofocarla. También es fundamental cortar el suministro de gas y asegurarse de que el fuego se haya extinguido por completo antes de retirarse del área”.

Finalmente, para prevenir incendios provocados por brasas de asado, estufas o velas encendidas, es clave no dejar fuentes de calor desatendidas y asegurarse de apagarlas completamente antes de descartarlas. Se recomienda mantener materiales inflamables alejados y contar con elementos de extinción accesibles. La educación y la concienciación son esenciales para reducir el riesgo de incendios y garantizar un ambiente seguro en el hogar.

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