Por Daniel Peña, gerente de ventas para Minería de Cisco Chile.
La escasez de talento se está convirtiendo en un gran desafío para las empresas mineras. Si ya convive con el recambio generacional, hoy tiene el enorme desafío de repensar sus estrategias de fuerza laboral para atraer a una gama más amplia y especializada de colaboradores.
Hay un dato preocupante. Existe una escasez de habilidades sin precedentes en la industria minera. Y en plena alza de la demanda de minerales y metales, la industria necesita empleados para operaciones modernas y sustentables, a través de tecnologías avanzadas que son parte de los modelos de gestión de la operación y procesos.
Según Mckinsey, hay tres tendencias que están convergiendo para desencadenar cambios dentro de la fuerza laboral minera. En primer lugar, la naturaleza del trabajo en sí está evolucionando, con un enfoque cada vez mayor en la automatización, los algoritmos y una creciente necesidad de tener conocimientos digitales; en segundo lugar, las preferencias de los trabajadores están cambiando por nuevas prioridades vida; y finalmente, las formas de trabajar están evolucionando hacia lo híbrido o remoto.
Talento: el verdadero impulsor de valor
Históricamente, se ha atribuido el valor de las mineras según el valor de las materias primas, calidad de los minerales, ubicación, equipo y activos. No obstante, el talento toma cada vez más importancia, asumiendo un rol clave para impulsar el valor.
Mckinsey afirma que un 71% de los líderes mineros descubren que la escasez de talento les impide cumplir con las metas de producción y los objetivos estratégicos. De hecho, el 86% de los ejecutivos mineros nos dicen que es más difícil reclutar y retener el talento que necesitan en comparación con hace dos años, particularmente en campos como planificación de minas, ingeniería de procesos y digital (ciencia de datos y automatización).
Dicha tendencia seguirá así. Peor aún, la consultora confirma que la minería no es una industria a la que aspiran los jóvenes talentos técnicos en países como Australia y Estados Unidos. Los inconvenientes con la seguridad, la relación de los procesos del negocio con los ecosistemas y la cultura al interior han afectado negativamente para atraer talento.
Por lo tanto, se espera que haya un progreso significativo en torno a una mayor responsabilidad de los problemas de ESG, la escala de energías renovables, la automatización y una fuerza laboral en constante capacitación.
El rol de la mujer: otra tarea pendiente
La diversidad, equidad e inclusión es parte fundamental de las empresas y, por cierto, para atraer talento. La variedad de experiencias y de pensamiento son fundamentales en una industria en proceso de cambio. Es el caso de las mujeres.
Según la Organización Internacional del Trabajo, en la minería artesanal y pequeña escala en la economía informal, las mujeres representan hasta una tercera parte de la fuerza de trabajo con igual peligro y precariedad que el de los hombres, pero menos valoradas y protegidas. En la minería en gran escala, las mujeres rara vez superan el 10 por ciento de los trabajadores mineros, y lo más habitual es que ocupen puestos administrativos.
El desequilibrio de género sigue siendo un aspecto pendiente. Los equipos distribuidos por hombres y mujeres son más productivos y comprometidos, fomentando una mejor cultura de trabajo.
Sabemos que hay cuotas de contratación inclusivas cada vez más generalizadas, las cuales buscan aumentar la representación de mujeres y equiparar las organizaciones. Se trata de incluirlas equitativamente en la faena, en puestos ejecutivos, directivos y operativos. Pero falta seguir robusteciendo políticas, incentivos y estrategias a largo plazo.
Capacitar: otra forma de atraer
La minería global se encuentra en una etapa de transformación tecnológica y socio ambiental, donde la incorporación de talentos jóvenes juega un papel clave. Se habla de miradas innovadoras para un desarrollo más alineado con los objetivos actuales. Para atraerlos, hay desafíos que se tienen que abordar.
Dado el contexto disruptivo que vive la industria, es fundamental capacitarlos en habilidades digitales y tecnológicas, y ciberseguridad, por ejemplo. Es muy importante invertir constantemente en educación para atraer y retener talento.
Asimismo, Mckinsey propone la colaboración con los gobiernos y la industria en la promoción de políticas como la migración de trabajadores calificados; e invertir en comunicaciones para resaltar el papel de la industria en la transición energética y uso de tecnologías para cambiar la forma de extracción, lo que podría ayudar cambiar la percepción de la minería como un sector con gran impacto para el medio ambiente, físicamente exigente, peligrosa y remota.
Sin lugar a dudas, el talento es un pilar estratégico. Comprender que hay desafíos pero también oportunidades en la atracción del talento, es un paso importante. La minería, como nunca, tendrá un rol esencial en el futuro sustentable que necesitamos. Para ello, el talento innovador, tecnológico y consciente es esencial.
Equipo Prensa
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