• Asesorar en la creación de empresas, crear una estrategia de propiedad intelectual e industrial y enseñar los modelos de negocio con las respectivas alternativas de mercado, serían las claves según la coordinadora de la UTT de la UFRO, Fabiola Vásquez.

 

Hablemos de I+D nacional. Según el Índice Global de Innovación 2022, organizado por la Organización Mundial de Propiedad Intelectual, OMPI, Chile está entre los 50 países más innovadores a nivel mundial, y en el primer lugar en Latinoamérica. A fines del año pasado, nuestro país además se reintegró a Eureka, una de las redes públicas más grandes para la cooperación y apoyo internacional de proyectos basados en Investigación y Desarrollo e Innovación (I+D+i), abriendo una convocatoria junto a cuatro países de Europa: Austria, Bélgica, Francia y España.

 

“En Chile, en los últimos años, hemos entendido lo trascendente que es el incremento de la actividad innovadora, tanto en el sector académico como en el empresarial. Red Eureka, por ejemplo, está presente en más de 45 países y su impacto es determinante; fomenta un ecosistema de colaboración, donde el intercambio del conocimiento hoy es clave”, destaca Fabiola Vásquez, coordinadora de la Unidad de Transferencia Tecnológica de la Universidad de La Frontera, OTL que lleva 18 licencias entre 2016 y 2022 transferidas al sector público y privado en distintas áreas, desde agropecuario, ingeniería, medicina, humanidades y ciencias sociales; también la generación de 10 emprendimientos de base científica tecnológica en los últimos cinco años.

 

Fabiola Vásquez sostiene que si bien como país debemos seguir impulsando el desarrollo de emprendimientos de base científica y tecnológica, es necesario hacer mejoras en materia de propiedad intelectual para conservar y potenciar las ideas de negocio. “Pueden existir planes para llevar a cabo con éxito proyectos y ensayos de I+D, pero si no se han visado los trabajos de acompañamiento y asesoramiento para un ejercicio sistemático, legal y con metodologías específicas que garanticen un adecuado proceder, todo podría quedar ahí y no avanzar. En Chile falta educar más sobre propiedad intelectual y transferencia tecnológica”, advierte la directora del Centro de Apoyo a la Tecnología y la Innovación, CATI ARAUCANÍA.

 

La experta precisa que “frente a la elaboración de un proyecto de innovación, lo primero es revisar el estado de la idea o creación en cuestión. Saber si alguien más lo ha hecho, si esto ya existe en el mercado o está en desarrollo. De no ser así, podemos entonces proteger nuestra innovación mediante algún tipo de propiedad intelectual”.

 

En Chile, de acuerdo a la Ley  19.039, la “propiedad industrial” es el término que incluye las herramientas de protección como patentes de invención, modelos de utilidad, marcas comerciales, colectivas, de certificación e indicaciones geográficas y denominaciones de origen, las que se registran en el Instituto Nacional de Propiedad Industrial, INAPI; y el concepto “propiedad intelectual”, según la Ley DA Nº 17336, comprende los Derechos de Autor y Derechos Conexos, donde el organismo a cargo es el Departamento de Derechos Intelectuales, del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural.

 

Desde la Unidad de Transferencia Tecnológica de la UFRO, mencionan algunos de los elementos fundamentales para el ejercicio sostenido y potencial de un emprendimiento o creación. “La correcta orientación de la utilización de propiedad intelectual e industrial en productos y procesos; la asesoría en la creación de empresas de base tecnológica, la gestión de licenciamiento, la visualización de alternativas de mercados, el aprendizaje y la generación de modelos de negocio, son los insumos necesarios para escalar prototipos al mercado y lograr que los usuarios finales se beneficien del conocimiento nuevo, generado desde el proyecto inicial”.

Google News Portal Innova
Síguenos en Google Noticias

Equipo Prensa
Portal Innova

VIAS IMPORTACIONES 2024