- Ad portas de que los Estados negociadores puedan suscribir a fines de este año el pacto medioambiental multilateral contra los plásticos más importante del último tiempo, nuestro país ya está desarrollando innovadoras soluciones y propuestas 100% compostables y amigables con el entorno para enfrentar esta problemática.
Se encuentra en todas partes: en nuestra ropa, en los artículos que permiten la conexión (teléfonos, computadores), en la construcción, en el transporte, y en los más variados ámbitos de la vida y lugares. Hablamos del plástico, un elemento que ha aumentado a tal magnitud que se ha transformado en una verdadera crisis de contaminación, amenazando con causar daños a la salud humana y al medio ambiente.
Así lo indican cifras del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), señalando que el mundo produce 430 millones de toneladas métricas de plástico al año, cifra que se triplicaría de aquí al 2060. Sólo en 2021, de hecho, se generaron 139 millones de toneladas métricas de residuos plásticos de un solo uso, lo que equivale a más de 13.700 torres Eiffel.
Otro dato impactante revela que los costos sociales y medioambientales asociados con la contaminación por este material superan los 1,5 billones de USD anuales. Ante este dramático escenario, las esperanzas del mundo están puestas en el “Tratado Global contra la Contaminación por Plásticos”, instruido por la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEA) en 2022 y que cuenta con 176 Estados negociadores, entre ellos Chile. A fines de este año las naciones esperan alcanzar un acuerdo en torno a este tratado, reconocido como el pacto medioambiental multilateral más importante desde el Acuerdo de París. ¿La razón? Las decisiones que se tomen durante esas negociaciones podrían revolucionar radicalmente la manera como producimos, consumimos y desechamos los plásticos.
De Chile al mundo, propuestas con sello ambiental
La urgencia derivada de la contaminación por plásticos ya está instalada y para enfrentarla muchos consumidores tanto en Chile como a nivel internacional, están cambiando su comportamiento de compra, dirigiendo sus decisiones hacia productos más sustentables y amigables con el medioambiente.
En el caso de nuestro país, la apuesta es hacia la creación de soluciones 100% compostables, es decir, diseñar productos que parecen plásticos, pero no lo son, como bolsas de basura, herméticas y bombillas. “Estos elementos se biodegradan en 180 días en lugar de 500 años. Las personas los buscan y valoran, al igual que la industria de la gastronomía y hotelería, cuya operación tiene una huella ambiental bastante alta”, comenta Rodrigo Sandoval, CEO de I Am Not Plastic, emprendimiento chileno que comenzó con productos enfocados al hogar y que lanzó recientemente una línea dirigida a empresas que incluye desde stretch film, ampliamente usado para embalaje, hasta mangas pasteleras y bolsas de vacío, todos 100% compostables.
Así, desarrollos de este tipo están comenzando a engrosar la lista de innovaciones “hechas en Chile”, siendo más urgentes y necesarias que nunca. Esto, porque con 51 kilos por persona al año, el país ostenta la triste cifra récord de generación de basura plástica por habitante en el continente.
Un dato alarmante que iniciativas como I Am Not Plastic busca revertir, invitando a todos a unirse a la causa de construir un mundo sin plástico, donde la educación ambiental, el aumento del porcentaje de plástico reciclado y el incentivo a la producción y uso de bioplásticos, deben ser prioridad. “Haciendo pequeños gestos en nuestra forma de consumir, podremos generar un impacto que trascienda en los años, tomando en cuenta los trágicos efectos que ya está provocando el cambio climático, la amenaza más significativa de este siglo”, asegura Rodrigo Sandoval.
Equipo Prensa
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