Si bien el número de accidentes sigue causando preocupación entre los trabajadores, la implementación de tecnología innovadora, y la ratificación de convenios internacionales, logró que la tasa de mortalidad en el sector disminuyera en casi un 50% en comparación con la década pasada.
El sector minero es uno de los más importantes para la economía chilena, generando no solo ingresos importantes para las empresas que trabajan los suelos nacionales, sino también para el desarrollo de programas gubernamentales y el financiamiento de comunidades aledañas de la mano de impuestos y royalties.
Un sector de riesgo
A pesar de la importancia de la minería, ha sido complejo el desarrollo de medidas efectivas para mitigar los riesgos inherentes de esta actividad. Casos mediáticos como el rescate en la mina San José hace casi 15 años son apenas una parte de lo que puede ocurrir en esta profesión todos los años en materia de mortalidad.
Se trata de una estadística que muestra un descenso prácticamente anual, con 13 fallecidos durante todo el 2023 (casi la mitad de los registrados hace 10 años), que sin embargo demuestra que muchos de los accidentes podrían ser evitables con las medidas adecuadas.
Hablamos de casi 200 fallecimientos en la última década.
Las causas de estos accidentes son variadas, con la falta de capacitación y seguimiento de procedimientos adecuados, equipamiento deficiente, así como accidentes fortuitos posicionándose como los eventos de riesgo más comunes dentro del sector. Las caídas y arrollamientos como consecuencia de fallas en los equipos y protocolos de trabajo poco seguros también serían causas recurrentes.
¿Cómo mejora la seguridad?
Si bien cada pérdida para el sector minero es invaluable, el descenso histórico en los accidentes fatales del durante la última década demuestran no solo mejoras importantes en los protocolos de trabajo, sino una posibilidad muy real de seguir disminuyendo el número de muertes de cara a las próximas décadas.
Algunos de las estrategias y eventos más exitosos al momento de disminuir la tasa de mortalidad incluyen:
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Cambios en la regulación
Uno de los eventos más importantes en materia de seguridad para el sector minero fue la ratificación del Convenio 176 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) por parte del Gobierno nacional hace poco más de medio año. Se trata de una iniciativa impulsada hace varios años por un buen número de sindicatos laborales.
De la mano de este convenio, las empresas que operen dentro del sector de la minería tendrán que atenerse a un marco jurídico holístico donde se tiene en cuenta no solo la implementación de medidas de seguridad importantes, sino también la auditoría frecuente para asegurar que todas las empresas trabajen dentro de lo establecido legalmente.
Según los lineamientos descritos por este convenio, los trabajadores incluso tienen la potestad de negarse (sin repercusiones) a realizar actividades que consideren demasiado peligrosas.
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Mayor monitoreo
La vigilancia de las minas también ha incrementado significativamente en todo el país, con la mayoría de las empresas implementando dispositivos modernos para asegurar que todo lo que ocurra en el terreno y las instalaciones cuente con monitoreo en tiempo real. Este también debe ser capaz de registrar eventos para una mejor toma de decisiones.
Algunos ejemplos de esto incluyen a las cámaras corporales, diseñadas para comenzar a transmitir cuando se detecte o alerte sobre un incidente, así como drones con visión nocturna (y térmica) capaces de analizar grandes extensiones de terreno en pocos segundos, algo esencial para disminuir el riesgo de robos.
Dispositivos de videovigilancia multipropósito, cómo las cámaras PTZ, también están comenzando a ser implementados en todo tipo de minas. ¿Qué es una cámara PTZ? Se trata de cámaras de vigilancia con movimiento rotatorios tanto verticales como horizontales, y capacidad de acercamiento y alejamiento manual (pan-tilt-zoom, por su nombre en inglés).
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Sensores modernos
Las mineras chilenas han comenzado a implementar sensores para monitorear aún más a los trabajadores, así como sus espacios de trabajo. Entre los más innovadores se encuentran los sensores corporales, diseñados para analizar las funciones del cuerpo y detectar anomalías que puedan representar una amenaza.
Otros sensores también se instalan en el equipo de trabajo y maquinaria para estudiar su funcionamiento y monitorizar el estado de la misma, haciendo que sea más sencillo detectar defectos y hacer mantenimiento preventivo.
Por último, buena parte de las minas cuenta con sensores adicionales a lo largo y ancho del territorio de trabajo, estudiando variables como el clima, temperatura y precipitaciones, así como el estado del terreno, evitando situaciones capaces de causar accidentes.
La seguridad del sector minero mejora un poco cada año, brindando nuevas herramientas para proteger a los trabajadores y a la empresa contra todo tipo de amenazas, desde accidentes hasta ataques cibernéticos. Sin embargo, la auditoría constante será esencial para asegurar que las empresas sigan realizando esfuerzos por disminuir los riesgos dentro del lugar de trabajo.
Equipo Prensa
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