- En los últimos años, Chile ha logrado avances impresionantes en materia de conectividad. Según datos de la Subsecretaría de Telecomunicaciones (Subtel), el número de conexiones 5G creció un 88,5% en 2023, alcanzando 3,8 millones. También hemos visto un aumento en conexiones satelitales residenciales, con un alza de 88,4% durante el último año. Estos logros reflejan un esfuerzo significativo para reducir la brecha digital en el acceso, pero nos obligan a reflexionar: ¿es suficiente con conectar al país?
La conectividad, entendida como el acceso a internet, es solo el punto de partida. Sin embargo, es necesario vincularla a un propósito claro para que el progreso tecnológico no se quede sólo en la superficie, sin generar cambios profundos en la calidad de vida de las personas y sus propios proyectos o negocios.
Según datos del primer índice de Ciudadanía digital, elaborado por Fundación País Digital, solo el 54% de los chilenos cuenta con habilidades digitales básicas, como conectarse a una red WiFi o usar herramientas simples como copiar y pegar archivos. Y mientras la tecnología avanza a pasos agigantados, un preocupante 5% de la población no tiene ninguna habilidad digital básica. Este escenario subraya una problemática mayor: una conexión sin conocimiento es una herramienta subutilizada.
La Décima Encuesta sobre acceso, usos y usuarios de Internet de Subtel señala que, entre quienes no tienen internet en el hogar, un 28,5% no sabe utilizar computadores o smartphones, y un 23,3% desconoce los beneficios que internet puede ofrecer. Estas cifras evidencian que no basta con llevar infraestructura a todos los rincones del país; también es necesario invertir en alfabetización digital para que la conectividad tenga un impacto real en las personas.
Desde Hughes creemos que la conectividad debe ser una con propósito, es decir, una que va más allá de la conexión en sí misma, una a la que se le saca provecho y genera la transformación de negocios, ideas, proyectos y las vidas de sus usuarios. Significa que, además de garantizar el acceso a internet, nos enfocamos en asegurar que las personas tengan las habilidades necesarias para beneficiarse de la conectividad. Es crucial no solo llegar con el servicio, sino también acompañar a las personas en el proceso de aprender a usarlo.
Para ello se necesitan distintas iniciativas que acompañen este objetivo y crear más alianzas, ya sean entre públicos y privados o entre actores del mismo mundo, que permitan llegar a más comunidades, tanto con la entrega de conectividad, como con la educación relacionada a ella. En este sentido, el programa “Conectando Sueños Turismo”, que se realizó entre Transforma Turismo y Hughes, con el apoyo de INDAP y Achitur, combina la conectividad satelital con capacitaciones prácticas. El objetivo es que líderes de negocios turísticos de distintas zonas del país sepan potenciar sus negocios gracias a la conectividad pudiendo, por ejemplo, darle mayor visibilidad, conectarse con nuevos mercados y mejorar sus ingresos.
La democratización del acceso a internet, especialmente en zonas rurales, es fundamental, pero no suficiente. El gran desafío de la conectividad en Chile no es solo lograr la brecha digital cero, sino que los ciudadanos también cuenten con habilidades digitales.
Cuando las personas entienden y dominan el uso de estas herramientas, se abren nuevas puertas: desde acceder a educación y servicios de salud en línea, hasta ser parte de una economía más integrada y sostenible. Una conexión con propósito es aquella que les permite soñar, crear y construir un futuro mejor.
Estamos convencidos de que la tecnología debe ser más que una estadística o un indicador. Debe ser una herramienta de empoderamiento y transformación, capaz de llevar progreso real a los lugares donde más se necesita. Porque solo entonces la conectividad será mucho más que un cable o una antena: será una fuerza que impulsa el desarrollo y mejora vidas en todo Chile.
Equipo Prensa
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