El futuro de los bonos de carbono está ligado a la mejora de las regulaciones y la transparencia en los mercados de carbono, para asegurar que estos realmente contribuyan de manera significativa a la reducción global de emisiones.

Con esta introducción, vamos a comentar de forma resumida nuestra visión global de mercado de carbono y del reto actual, al que denominamos segunda fase, que entendemos será un cambio casi total debido a que uno de los mayores retos es asegurar que el crédito es sostenible y no momentáneo, lo que provocaría un agujero de “descarbonización”.

Hay puntos fundamentales en el modelo del cambio climático que son:

  • Quien contamina paga y para eso, todos tenemos que medir nuestra huella de carbono y la de los productos que genera la empresa, con lo que se ha calculado un formato de huella de carbono que atención no tiene ningún elemento que reste, todo son elementos que multiplican.
  • 2030 y 2050 como fechas de equilibrios en emisión de GEI con compromisos ambiciosos.

Desde la Convención de Paris, la ONU, COP, y diferentes entes globales que están actuando en la lucha del cambio climático, la evolución de su desarrollo podría llevarnos a la siguiente foto actual

  • No hay capacidad de financiar a título gubernamental el cambio climático, con lo que las empresas, instituciones de inversión ( y como no personas) han de dedicar parte de su actividad a financiar dicho cambio. Entendemos que no tardaremos en medir la huella de carbono personal y que los impuestos de todos estarán en base a nuestra huella.
  • Los primeros que han permitido generar un modelo de registro, control y pago han sido las empresas que trabajan con elementos fósiles, que actualmente en función de cada normativa de países tienen sistemas de imposición en la entrada de sus productos e imposición fiscal interna, o sea, ya hay un modelo que contabiliza y permite medir y pagar aranceles e impuestos. El modelo esta creado.

Todo lo anterior esta también basado en el elemento de medición que es la huella de carbono y esta, se mide de la siguiente forma:

Huella de Carbono (CO2e) = ∑(Actividad × Factor de Emisión)

Con esta fórmula podemos comprobar que no hay ningún factor que reste y ya se esta trabajando en las legislaciones por ejemplo en Europa que es quizás la pionera en este ámbito legislativo relacionado con cambio climático, en un reglamento de absorción, verificación y auditoria de carbono que termina con un crédito de carbono.

La evolución del cambio climático ya está tomando una velocidad de urgencia en las acciones y y para cumplir los requisitos en 2030 y 2050, se está configurando un modelo económico financiero que entran todos los actores del mercado financiero, del mercado industrial y ahora del mercado primario de producción ya que tanto los océanos como los suelos son sumideros reales de carbono y otros gases de efecto invernadero. A tener en cuenta legislaciones como la taxonomía financiera (que guía y estandariza las inversiones sostenibles) y que obliga a las empresas a presentar su “cuentas anuales climáticas”, que, siguiendo la lógica de las normativas, será en un futuro auditada para dar veracidad a la misma.

El bono de carbono es un importante instrumento de ese mercado financiero que este marcado tanto por la huella de carbono como por el vector que corrige la fórmula de si se emite o si eres neutro en carbono. Este bono es el parámetro que se convierte como en dinero para financiar todos los actores que forman parten del nuevo modelo de huella y de pago.

El bono de carbono ha sido históricamente un bono que financiaba proyectos que de otra forma no serían de fácil financiación como la reforestación, pero ahora con un mercado que se está tecnificando, este modelo de crédito deja entre ver que quizás estamos generando un vacío sobre un bono que quizás no es sostenible con el valor que refleja, o sea, que estemos creando bonos de carbono que debajo no sean capaces de mantener ese carbono.

Ahora, que comenzamos una fase diferente en la lucha contra el cambio climático, el bono de carbono va a financiar no solo proyectos de difícil sostenibilidad económico financiera, sino que ha de ser el financiador del modelo que está ya llegando de que todas las empresas, todos los productos y todas las personas paguen por su huella y esto abre varios caminos en los que se está trabajando:

1.- La emisión de un bono de carbono ha de cumplir la realidad de esa compensación de forma continua y la bolsa de compensación del 20% quizás no cubre actualmente proyectos de reforestación que no llegan a su final estimado.

 2.- El bono de carbono siendo el vector de financiación ha de ser un incentivo para los que ya forman y formaran parte del modelo como son toda la industria y todo el sector primario como el agrícola como el pesquero.

 3.- El bono de carbono cotiza en un mercado obligatorio y otro voluntario. La tendencia es que si todos forman parte de la ecuación de pago, todo será regulado en el mercado obligatorio y aquí de nuevo para esta segunda fase hay que corregir el problema de la primera de si los créditos emitidos y pagados han sido realmente descarbonizador.

4.- El bono de carbono tiene una calidad y por eso una cotización, pero la calidad de un elemento que contamina es por un lado guardarlo, pero sobre todo utilizarlo y así forme parte de la economía circular.

Importante tener en cuenta que los modelos actuales de empresas que han salido generando créditos de carbono sobre la producción agrícola están faltas de modelos concretos que mantengan ese carbono retenido y pase a ser un carbono absorbido que además genera salud en la propia reestructuración de suelos, y vida en la activación de genes de los productos obtenidos.

Ya países como Dinamarca están evaluando créditos de carbono en suelo con valores de compra de 300 euros o sea 3 veces superior al valor del bono en cotización de mercado obligatorio.

La UE, ha desarrollado el Proyecto Verta que está trabajando en la salida del primer Reglamento Europeo que regula la absorción de carbono y entre ellas el suelo agrícola, así como su sistema de auditoría y seguimiento.

Ahora se está (y somos actores de ese proceso) desarrollando el cambio de la fase 2 que introduce la absorción y uso de carbono en suelo, y es precisamente activando la propia naturaleza del suelo que es un descarbonizador natural a través de los propios microorganismos que usa y utiliza este carbono para generar vida. Trabajando en esta línea, que papel crees jugara la producción agrícola que absorbe retiene y usa el carbono ¿Cuál crees será su valor?, ¿será este bono parte de la financiación del sistema de producción circular, para que todos los actores sean neutros en carbono?

Actualmente estamos en el momento de cambio hacia la aceleración para cumplir los requisitos de 2030. Para esto, el modelo global será global, todos las empresas y productos, un modelo económico financiero que este fuertemente asentado en certeza y financiado y financiando a todos los actores del modelo, donde se redefine el concepto de huella de carbono introduciendo elementos que restan y donde habrá quien en su propia actividad no solo sea neutro en carbono sino generador de créditos que financiará que el sistema económico donde actúe también sea neutro en carbono.

Carlos Meza, Investigador, productor Agrícola y CEO de Terragénesis
terragenesis.cl

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