Cristián Barrientos, Socio y Gerente General de SAMTECH

 

En los últimos años, la IA (Inteligencia Artificial) se ha hecho conocida por los beneficios que genera en términos de eficiencia y seguridad en distintas empresas. Junto con ello, su tecnología se ha vuelto de conocimiento masivo dada la visibilidad que han tenido, por ejemplo, herramientas de procesamiento de lenguaje natural como ChatGPT.

Como contexto, en términos de aceptación, según el estudio Technology Vision 2022, realizado por la consultora Accenture, el 88% de los ejecutivos locales afirma que la IA es fundamental para el funcionamiento de sus organizaciones, siendo la cifra más alta de la región (Argentina, 64%; Colombia, 72%; Brasil, 78%; México, 73%). Asimismo, un 70% de los entrevistados sostiene que en sus empresas ya están usando esta tecnología. Además, es importante mencionar que nuestro país cuenta hoy con una Política Nacional de Inteligencia Artificial, convirtiendo a Chile en uno de los 60 países que actualmente desarrollan políticas públicas en esta materia.

La IA tiene especial relevancia, sobre todo cuando podemos apreciar que se ha convertido en un aliado corporativo relevante, debido a su impresionante capacidad para analizar distintas fuentes de datos en tiempo real, detectar patrones y situaciones de riesgo que podrían pasar desapercibidas para el ojo humano, entre otras capacidades a mencionar.

Si desglosamos por sectores económicos, tenemos el caso de la minería, donde la IA puede monitorear y analizar en tiempo real la performance de equipos y maquinarias utilizadas en la extracción de minerales, detectando posibles fallas o situaciones de riesgo. De esta manera, se pueden tomar medidas preventivas y reducir el riesgo de accidentes en las faenas mineras.

En el sector portuario, esta tecnología hace posible analizar la información de los barcos y cargamentos que llegan a los puertos, ayudando a detectar posibles riesgos de seguridad, y así, facilitar las medidas preventivas. Además, ayuda a optimizar todo el ecosistema que gira en torno a esta industria y entrega beneficios tangibles, como reducción de los tiempos de espera de los barcos y la seguridad de embarcaciones, pasajeros y personal que presta servicios al puerto.

Por su parte, en la industria logística ha demostrado su eficiencia en reducir los tiempos de entregas, lo que se traduce en el ahorro de combustible y recursos humanos destinados a estas tareas. Respecto a los despachos, permite analizar la información de los productos, alertando sobre posibles situaciones de riesgo y facilitando la implementación de medidas preventivas para garantizar la seguridad de envíos y colaboradores.

Todo lo anterior nos confirma que la IA es una herramienta con un potencial tremendo, que puede colaborar en el crecimiento de los negocios de manera significativa, pues al automatizar tareas, en muchos casos rutinarias, podemos enfocar los esfuerzos en lo realmente importante y destinar un recurso tan preciado como es el tiempo en labores que requieran de mayor valor agregado y creatividad, lo que nos permite ser más competitivos y lograr una mayor precisión al momento de tomar decisiones empresariales.

Solo me queda agregar que, al igual que casos históricos de avances tecnológicos disruptivos, debemos analizar y visualizar la forma más efectiva de sacarle partido a estas nuevas capacidades para los negocios y actividades y evitar aferrarse a las formas tradicionales de hacer las cosas, las que no solo quedarán obsoletas rápidamente, sino que también tendrán eficiencias que las harán inaplicables frente a los métodos nuevos.

 

 

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