• El último estudio de la consultora reveló que menos del 20% de los consumidores están dispuestos a desembolsar una prima superior en su factura de electricidad por la energía verde.

Santiago, febrero 2025 – Una sorprendente desconexión sigue obstaculizando el desarrollo de la transición energética: las preocupaciones de las personas por el cambio climático están aumentando, pero muy pocos están dispuestos a asumir los costos que implica. Así lo revela la última encuesta realizada por Bain & Company, donde más del 60% de los participantes expresó su inquietud por temas medioambientales, sin embargo, menos de la mitad está dispuesta a asumir un aumento del 2% o más en sus tarifas de electricidad o combustible para reducir emisiones de gases de efecto invernadero.

De hecho, solo el 20% aceptaría una prima superior al 10% en su factura eléctrica, y apenas el 10% pagaría una prima mayor al 50%. Estas cifras han disminuido en comparación con el año anterior, reduciendo la prima promedio global que los consumidores están dispuestos a pagar de un 7% a un 5%.

En el caso de los combustibles, una tendencia similar se refleja en los impuestos sobre la gasolina. Según la encuesta de Bain, aunque más personas se muestran dispuestas a pagar una tasa para reducir emisiones, la prima promedio aceptada cayó de 7 a 6 centavos por unidad en el último año.

Marcial Rapela, socio y responsable de la oficina de Bain & Company en Chile, aseguró que “a nivel global, factores como la inflación, el aumento de costos de infraestructura y las presiones económicas personales limitan la capacidad de los consumidores para asumir mayores gastos”.

El desafío de las empresas del sector

Esta paradoja complica el camino hacia un futuro con bajas emisiones de carbono, obligando a las compañías de energía y recursos naturales a sortear una brecha cada vez mayor entre el aumento de los costos de los proyectos de capital y la disminución de las primas que los consumidores están dispuestos a pagar para financiar esas inversiones.

Al respecto, Rapela comentó que “si se tiene en cuenta la inflación, el aumento de los costos de capital y los gastos de los proyectos, los ejecutivos nos dicen que cada vez es más difícil hacer que los cálculos funcionen en los proyectos de transición energética”.

Aunque se prevé que las inversiones mundiales en energía limpia crezcan hasta 2 billones de dólares en 2025, eso todavía es menos de la mitad de la inversión anual que se requiere para lograr emisiones netas de carbono cero en 2050.

Según datos de Bain, el 70% de los ejecutivos encuestados dijo que la falta de voluntad de los clientes para pagar o de retorno de la inversión es un obstáculo muy importante para ampliar sus negocios orientados a la transición energética, un aumento de 14 puntos porcentuales con respecto a la encuesta del año pasado.

“La transición energética seguirá siendo un proceso fragmentado y desafiante. Reducir la brecha entre los costos crecientes de los proyectos y la disposición de los consumidores a pagar será esencial para avanzar hacia un futuro más sostenible. Las empresas que logren equilibrar estos factores estarán mejor posicionadas para liderar el camino hacia un modelo de bajas emisiones”, puntualizó Rapela.

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