Por Sebastián Pilasi, gerente general Club de Innovación
Hoy se celebra un día muy importante ya que representa el uso del saber científico para el beneficio de las sociedades. En particular para atender necesidades humanas, el medio ambiente, el desarrollo sostenible y colocar la ciencia al servicio de la paz y la solución de conflictos. Este alcance o precisión es sumamente relevante ya que le da un propósito a la ciencia más allá de una explicación y entendimiento de cierto fenómeno en base a la confirmación de hipótesis mediante experimentación.
Del mismo modo, la Innovación busca generar valor a la sociedad a través de nuevas formas de ejecutar las cosas, generando, a través la creatividad, el desarrollo de nuevos productos, servicios, procesos entre otros, que aumenten no solo la productividad y eficiencia, sino que contribuyan a resolver necesidades sociales relevantes.
Justamente este propósito aplicado de la ciencia e innovación para resolver problemas prácticos, es donde debiésemos concentrar los esfuerzos. Y no solo concentrarlos, sino que unificarlos con una mirada y visión país, construyendo capital social que permita enfrentar de manera colectiva los desafíos que tenemos como nación y sociedad.
Las naciones más desarrolladas son muy hábiles en orquestar y priorizar las necesidades y requerimientos, consensuando objetivos y construyendo una mirada de largo plazo y poniendo la ciencia e innovación a servicio de dichas necesidades colectivas por sobre las individuales. Tomemos por ejemplo Suecia, que tiene como foco país el convertirse en líder mundial en movilidad, aprovechando sus fortalezas y conocimiento en vehículos, esto último aportado por Volvo, y la conectividad, a través de Ericsson, sin descuidar el medioambiente, por supuesto, con una lógica de industrias cero emisión, contribuyendo de manera significativa al bienestar de su sociedad.
Chile tiene una oportunidad muy interesante con el hidrógeno verde de convertirse en uno de los productores mundiales de este nuevo vector energético, gracias a las condiciones fotovoltaicas de la macrozona norte y eólicas en el extremo sur, pero, eso requiere de un alineamiento a nivel país, reduciendo las asimetrías de información, trabajando de manera colaborativa entre sector público, privado, academia y sociedad, en una lógica de cuádruple hélice, y aprovechando las ventajas competitivas que tenemos para desarrollar capital humano avanzado, donde podamos exportar no solo hidrógeno, sino tecnología asociada a esta industria, evitando así caer en la trampa de los ingresos medios, extrapolando este conocimiento a otras industrias, y cohesionándolo con otras capacidades y conocimientos como, por ejemplo, el minero evolucionando a una minería verde cero emisiones.
Aprovechemos este día para cuestionarnos si estamos enfocando los esfuerzos y capacidades científicas y de innovación en los temas relevantes, en problemas y necesidades prioritarias, o si es necesario hacer ajustes en nuestra hoja de ruta, cambiar de experimento o incluso de hipótesis para tener ciencia e innovación con propósito.
Equipo Prensa
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