Estos se asocian a los costos hundidos, los costos de oportunidad, los efectos colaterales, el capital de trabajo neto, los costos de financiamiento y los aspectos contables e impositivos.

El pasado 27 de marzo la unidad de Educación Ejecutiva (UEjecutivos) de la FEN U. de Chile realizó el encuentro Evaluación de proyectos: Aspectos económicos, financieros, contables y tributarios, cuya exposición estuvo a cargo del director académico del diplomado en Contabilidad y Finanzas para no Especialistas, Gino Loyola.

Para quienes quieran emprender un nuevo negocio, o si ya tienen un proyecto, es necesario conocer cuáles son las técnicas y las herramientas cuantitativas para realizar los procesos de evaluación. “Si uno quiere evaluar un proyecto, tiene que considerar aspectos de distinta índole. Desde la economía, las finanzas, la contabilidad e incluso desde el ámbito tributario”, dijo Loyola.

Al evaluar un proyecto, un elemento central es identificar los flujos de caja o flujos de efectivo relevantes y comprender cuál es la técnica o la metodología que permitirá tomar una decisión, respecto si es que este proyecto, al cual se le han identificado sus flujos relevantes es aceptable, y si es conveniente o no realizar.

“Para ver cuáles son los flujos de caja relevantes de ese proyecto, tengo que analizar los flujos de caja de toda la empresa. Y ver si es que esos flujos de caja de toda la empresa se ven afectados o no, cuando yo decido seleccionar e implementar ese proyecto”, sostuvo.

Seis errores

Al evaluar un proyecto, cuando se están reconociendo los flujos de efectivo incrementales, mencionó que existe un listado de errores comunes. El primero se asocia con los costos hundidos, que son gastos que ya se hicieron y no se pueden recuperar. Por eso, al decidir sobre un proyecto, no deben influir, ya que no se pueden cambiar.

Luego, están los costos de oportunidad o costos alternativos, que no es un gasto real ni implica sacar dinero del bolsillo, sino dejar de ganar algo. En otras palabras, es como renunciar a una opción en favor de otra. “Quien hace un proyecto, olvida imputarlo”, dijo.

Otro tiene que ver con ignorar que los proyectos generan efectos colaterales o externalidades, que pueden ser positivas o negativas para los propios flujos de caja de la empresa. “Cuando uno acepta ejecutar o implementar un proyecto, va a generar ingresos y costos. Pero también puede afectar otros ingresos u otros costos que yo ya tenga en mi empresa, que son los efectos colaterales o externalidades”, señaló.

En ese sentido, los efectos de derrame (spillovers) pueden ser positivos o negativos. Un ejemplo negativo es el canibalismo entre productos, donde un nuevo lanzamiento reemplaza a uno existente, reduciendo ingresos. Estos efectos colaterales no deben ignorarse y deben ser considerados en la evaluación.

Otro error es no considerar el capital de trabajo neto, cuando aumenta y disminuye. El capital de trabajo neto cubre gastos operativos hasta que un proyecto genere ingresos. “Cuando el proyecto se cierre, es probable que parte de ese capital de trabajo yo lo reintegre. Muchas veces no se considera la forma de recuperar ese capital de trabajo neto”.

Al financiar un proyecto, generalmente, se pide dinero a alguna institución, lo que implica un costo financiero, pues hay intereses o gastos que deben pagarse. Sin embargo, este costo de financiamiento no debe considerarse en los flujos de caja del proyecto, sino en las tasas de descuento. Por ello, en este caso, el análisis debe centrarse en los activos.

Por último, están los aspectos contables e impositivos. “Cuando uno va a evaluar un proyecto, lo primero que tiene que hacer es mirar los estados financieros pro forma, que es un estado financiero no oficial. Estos me dan información de cuáles serían los ingresos y gastos proyectados. Esto me permite simular y establecer un escenario para poder evaluar este proyecto y reconocer los flujos de caja relevantes”, enfatizó.

Destacó que los flujos de caja deben considerarse después de impuestos, porque de las ganancias deben pagarse los impuestos y no pueden considerarse, como recursos disponibles para los inversionistas o financiadores.

Para saber si un proyecto es rentable o no, dijo que se debe aplicar un criterio de evaluación. El Valor Actual Neto (VAN) permite comparar los beneficios y costos del proyecto en términos de flujo de caja.

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