Para una como abogada de familia es importante revisar cuáles son las causas que pueden llevar a un quiebre familiar o al fin de una relación de pareja. En esa constante búsqueda, me llamó profundamente la atención un estudio que se realizó en Estados Unidos, en el que se siguió la historia de aproximadamente mil quinientas parejas durante 18 años. Entre sus conclusiones se demostró que las deudas causan más separaciones que la propia infidelidad o los problemas sexuales, sobre todo si estos problemas se presentan durante los primeros años de la relación.
Este tema en un escenario económico incierto, como el actual, toma mucha relevancia. Hoy en día nos preocupa que la banca está saliendo a buscar más deudores, a ofrecer créditos con condiciones que aparentan ser muy convenientes; y esto resulta muy tentador para las familias. Pero hay que tener cuidado.
Es comprensible que, ante la falta de las ayudas económicas que se dieron en los momentos más críticos de la pandemia, en sus casas estén buscando nuevas formas de financiarse, e incluso de liberarse un poco de toda la presión que han tenido durante este tiempo. Pero no puede pasar que busquemos ese dinero sin analizar la situación completa. Pedir un crédito sin tener cómo pagar, se podría transformar en tener pan para hoy y hambre para mañana.
No hay que perder de vista que la UF ahora tiene el mayor valor histórico desde que existe, la inflación también está altísima; y todo esto son cosas que repercuten finalmente en el monto que uno va a tener que devolver al banco o la casa comercial donde uno pidió un crédito.
Por todo lo anterior, hoy más que nunca pasa a tomar tremenda importancia analizar todos los aspectos involucrados al minuto de decidir endeudarse. Revise sus ingresos y gastos permanentes. Haga un presupuesto en un cuaderno o en una planilla Excel. Verifique si está en condiciones de endeudarse y cuál sería el monto máximo que podría pagar cada mes. Piense también en contingencias, no se endeude hasta el límite, porque a veces uno está muy ordenadito, pero pasa una sola cosa que no está prevista, como una enfermedad o un accidente y se desordena todo el presupuesto.
Ante un futuro económico y laboral incierto, es importante revisar el mercado, no quedarse con la que parezca ser la cuota más baja, sino que hay que fijarse en el precio final del producto. En lo posible, evite pagar en muchas cuotas. Mientras antes terminen de pagar, menos riesgo deberían correr de que cambien las condiciones del contexto que puedan afectar la estabilidad de su bolsillo.
Como análisis final, solamente recordar como empezamos. Es muy cierto en todo el mundo que los problemas económicos graves son una gran causal de divorcio, pero pueden no serlo si estos se enfrentan a tiempo, de la forma correcta y con la asesoría pertinente.
Busquen ayuda, consulten, no se escondan, lo peor que uno puede hacer cuando tiene deudas es evitar dar la cara a las responsabilidades. Bien informados, bien asesorados pueden buscar soluciones y no crear un conflicto mayor que es lo que pasa cuando no le hacemos frente a un problema, tan grave, como el económico.
Equipo Prensa
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