Por Mario Jara, CEO de Zyght
En pleno siglo XXI, cuando los autos se conducen solos y las redes sociales saben lo que quieres ver, algunas empresas aún creen que la mejor manera de cumplir con la normativa de seguridad y salud en el trabajo es aferrarse con devoción a la santísima trinidad del papel, lápiz y excel. Porque, claro, nada más eficiente como rebuscar en carpetas para demostrar a la autoridad que la capacitación sobre extintores se realizó antes que ocurriera el incendio.
Con el nuevo Decreto Supremo 44, uno pensaría que las empresas correrán a digitalizar sus procesos de seguridad y salud en el trabajo para no morir bajo una avalancha de formularios y actas escaneadas. Pero el desafío va más allá: Además de cumplir legalmente ¿cómo se genera un impacto positivo para que realmente menos trabajadores sufran accidentes o se enfermen a causa de sus labores, con los mismos recursos y de manera eficaz? y la Inteligencia Artificial se avizora como la respuesta.
La inteligencia artificial ayuda a ser más eficiente en la generación de matrices de riesgos, seguimiento de desviaciones, investigación de accidentes, control documental, gestión de auditorías, supervisión y control de contratistas además de capacitación a la dotación, lo que puede realmente salvar a una empresa de multas y a la vez prevenir activamente la ocurrencia de incidentes en este ámbito. Un agente de inteligencia artificial puede ser el nuevo superhéroe incansable de las empresas, y que ya nació en Chile a partir de esta nueva regulación.