- Rafael Mena, profesor de la USM, lideró el equipo que construyó e instaló la “moving table”, sistema que puede mover con precisión milimétrica ocho toneladas.
Un equipo de profesionales de la carrera de Ingeniería Civil Mecánica de la Universidad Técnica Federico Santa María fabricó la “moving table”, una estructura capaz de sostener ocho toneladas de peso y que fue instalada en la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN), con el propósito de ser el soporte del detector de protones.
Rafael Mena, líder del proyecto y profesor de la USM, fue encomendado con el desafío de diseñar, construir y posteriormente instalar la estructura en los laboratorios de la organización, ubicada en la frontera entre Francia y Suiza.
Según Mena “lo primero antes de la construcción fue entender el uso que tendría, las condiciones del entorno, presión, altura, temperatura, entre otros, además de conocer al cliente (CERN) y sus barreras tecnológicas, físicas y culturales. Finalmente, nos dimos cuenta que esas barreras no existían pese a la gran cantidad de personas de distintos países que trabajan”.
El líder del proyecto reunió a un equipo de estudiantes con quien comenzó el trabajo que se concretó en un par de meses utilizando como materia prima el acero. De igual manera, se cumplió el principal requerimiento que era sostener sobre sí misma otra estructura de un peso de ocho toneladas, la cual debía moverse con precisión milimétrica y de manera remota.
Características
En cuanto a las características de la «moving table», Mena explicó que fue construida en la región, con dimensiones de 5 por 2,6 metros, y transportada a Europa en barco. Dicho proceso demoró cerca de 6 meses, siendo uno de los pasos más desafiantes. Una vez superado este obstáculo, Mena y su equipo viajaron al CERN para realizar las pruebas de seguridad.
«Fue gratificante poder validar y homologar la “moving table”, llevando a la USM, a nuestros alumnos y conocimientos hasta lo más alto de la ciencia mundial», indicó. Por otro lado, el ingeniero contó que uno de los desafíos es seguir fabricando piezas y estructuras para que ingenieros e investigadores de la casa de estudios sean parte del laboratorio del CERN que, en 2012, descubrió el Bosón de Higgs, la partícula de Dios.
Equipo Prensa
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