Así como la población de Chile está envejeciendo, sus edificios también. Además de los sismos y terremotos que los amenazan, también se pueden ver afectados por el viento, oxidación de las enfierraduras por el agua, sobre peso en las losas o asentamientos diferenciales producidos, por ejemplo, por sobre cargas de los camiones de mudanzas.
En este contexto, existe en el mercado un aparato que monitorea en tiempo real las vibraciones de estos inmuebles, con lo que es posible evaluar el estado en que se encuentran.
Gonzalo Martínez de Urquidi, arquitecto y creador de esta tecnología junto a un equipo de ingenieros, explicó que cada edificio tiene su particular forma de vibrar, como una huella digital propia e individual que puede ser chequeada con un pequeño aparato. “Es como una especie de holter -equipo que registra los ritmos cardiacos en forma continua-, que hace un seguimiento de estas vibraciones, de manera que, si verifica un cambio en ellas, la estructura se debe revisar en profundidad”, manifestó.
El profesional, quien también es Presidente del Comité de Gestión Inmobiliaria del Colegio de Arquitectos de Chile, agregó que la Ley debería exigir seguimientos preventivos en los edificios y que este dispositivo permite monitorear su estado de manera simple y muy económica, por lo que podría financiarse a un bajo costo mediante los gastos comunes de los departamentos.
Al respecto, Víctor Damele, Presidente de CGAI, valoró que exista más conciencia de la importancia de velar por la “salud” de los edificios. “Como Colegio de Gestión y Administración Inmobiliaria de Chile es clave cuidar que estas construcciones se mantengan en buen estado y sean sometidas a los controles necesarios. Pensando en el bienestar de la comunidad, no sólo se debe reaccionar ante emergencias ya declaradas, sino que es necesario actuar preventivamente para evitarlas. Estimo de vital importancia, tomar el ejemplo de lo ocurrido en un edificio en Miami, el cual colapsó no sólo por su antigüedad, sino que también por no haberse cumplido los protocolos establecidos en el control de su resistencia estructural y las modificaciones realizadas en la modernización de éste”.
Añadió que “sería interesante poder incorporar en la nueva Ley de Copropiedad, que aún se tramita en el Congreso, artículos destinados a la mantención, conservación y control estructural de nuestras comunidades, no obstante que exista un alto estándar y calidad de nuestras construcciones, considerando la sismicidad de nuestro país”.
Equipo Prensa
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