La energía solar —y su almacenamiento— son claves en la transición energética que se vive globalmente. Con un potencial enorme, el futuro inmediato incluye la electromovilidad, la hibridación de energías renovables y el sistema de respaldo Grid Forming, entre otros.
El mercado fotovoltaico global experimentó un crecimiento de 520 GW durante el año pasado, mientras que en igual periodo, el almacenamiento de energía sumó más de 190 GWh en capacidad. Este favorable desarrollo debiera acentuarse en los próximos años, coincidiendo con el cambio de la matriz energética de los países hacia opciones más verdes y menos contaminantes, como es el caso de Chile.
En este escenario, la empresa tecnológica Huawei —uno de los grandes proveedores de la industria de energías inteligentes— dio a conocer las 7 tendencias fotovoltaicas para 2025, que sirven para entender hacia dónde evoluciona el mercado internacional en este sector.
La gerente de comunicaciones corporativas de Huawei Chile, Silvana Droppelmann, destacó que “dado que la matriz energética de nuestro país está formada en un 40% por energías renovables no convencionales, el ecosistema local debe poner atención en cómo aumentamos esa participación incorporando tecnologías de vanguardia”.
Las siete tendencias identificadas por la empresa son:
- Los inversores Grid-Forming, reafirmando la apuesta por la estabilidad energética se ubican en el primer lugar. Destacan por su calidad de respaldo de la red eléctrica y desempeñan un rol clave en la generación, transmisión, distribución y consumo del sistema, garantizando el control de voltaje, tensión y potencia.
- La electromovilidad: ya que el mercado de los vehículos eléctricos (EV) no solo crece a nivel comercial e industrial, sino que también entre los consumidores finales. Esta mayor demanda de energía para cargar los autos eléctricos se está respondiendo en muchos países con energía fotovoltaica, con electrolineras alimentadas por paneles solares y dotadas de inversores y baterías, estas últimas para almacenar la energía, agregando a la cadena cargadores EV super rápidos, que eliminan las largas esperas.
- La digitalización del proceso energético, con la integración de Inteligencia Artificial y Big Data para monitorear y gestionar de forma precisa los sistemas fotovoltaicos y de almacenamiento, mejorando su performance y reduciendo costos. En ese sentido, los sistemas de Infraestructura de Medición Avanzada (AMI, por su sigla en inglés) se han posicionado como fundamentales para control inteligente en redes de distribución eléctrica, especialmente por su precisión y utilidad ante emergencias como cortes masivos por situaciones meteorológicas.
- La descarbonización industrial. La energía fotovoltaica ofrece una vía rentable y limpia para que las industrias pesadas —como la minería y la manufactura— reduzcan su huella de carbono, contribuyendo a una economía baja en emisiones. La suma de transformación digital de los procesos industriales más adopción de energía fotovoltaica es una de las tendencias que se verán este 2025.
- Las redes inteligentes o Smart Grids también cobran mayor protagonismo, pues optimizan la distribución de la electricidad utilizando tecnologías de la información y la comunicación como Internet de las Cosas (IoT), al tiempo que se reducen las pérdidas de energía. Su auge se debe a que permiten programación inteligente y evaluación de seguridad en tiempo real con sistemas de control automatizados.
- La hibridación de energías renovables, con la combinación de fotovoltaica con otras fuentes de energía renovable —como la eólica y la hidráulica— mejorará la estabilidad y eficiencia del sistema eléctrico en general, asegurando un suministro de energía constante.
- La energía comunitaria. Utilizar energía solar en viviendas es cada vez más común. Lo que se verá con mayor frecuencia en el futuro inmediato es la instalación de paneles, inversores y baterías para almacenamiento de energía fotovoltaica en comunidades, tales como edificios de departamentos, condominios, hospitales y escuelas, logrando beneficios compartidos.
En conclusión, el panorama que prevé Huawei es de una industria fotovoltaica y de almacenamiento en baterías instalándose como una de las principales fuentes de energía —además de un motor de innovación, ahorro y sostenibilidad— en numerosas áreas.