- Chile se posiciona como uno de los pocos países de la región que, gracias a la madurez de su mercado cuenta con una Ley Fintech que permite regular la actividad de las empresas prestadoras de servicios financieros y tecnológicos. Esta normativa se hacía necesaria para sentar las bases hacia una mayor confianza, innovación y competencia en el sector financiero, al establecer un marco regulatorio para desarrollar servicios financieros basados en tecnología e innovación.
Desde su promulgación en enero de 2023, los avances en regulación y normativa han sido relevantes, cumpliendo con la premisa de no obstaculizar el crecimiento de un sector que es necesario se continúe desarrollando. Esto ha facilitado el promover un ambiente potencialmente más simétrico entre las fintech y el sector financiero tradicional, además de favorecer la creación de productos y servicios para más consumidores y pymes chilenas.
Los resultados de la aplicación de la normativa se van a concretar en la medida que se avance en el cronograma de implementación del Sistema de Finanzas Abiertas (SFA), definido por la CMF. Las actividades realizadas hasta ahora han mejorado la interacción con los actores incumbentes y se debe ir avanzando en aspectos clave para obtener resultados. Entre estos aspectos claves, está pendiente la acreditación de los procesadores de datos y los originadores de transacciones de pago, así como también faltaría concretar los mandatos de consentimiento.
De cara a 2025, será necesario avanzar cuanto antes en definir dónde van a residir las entidades clave, los originadores de pago, las entidades de provisión y procesamiento de datos, todos esenciales para avanzar. Es aquí donde se requiere una definición con mayor premura si lo comparamos con otros aspectos de la legislación.
Por el lado de las fintech, en tanto, es relevante que se trabaje en cumplir adecuadamente con todos los requisitos que exige la ley para poder escalar cumpliendo con las normativas. Lo destacable en este escenario es que hay algunas que toman la delantera respecto de la mayoría.
El Radar Finnovista 2024, entregado en junio de este año, indicó que “El ecosistema sigue en claro crecimiento, llegando a las 348 Fintech para la primera mitad de 2024 (…) Junto con las 348 Fintech locales fundadas en Chile coexisten otros 137 emprendimientos extranjeros, dando una cifra total de 485 empresas Fintech presentes en el país”. El mismo informe indica “los indicadores por número de startups locales se moderan, apuntando hacia una sólida consolidación”. En este sentido, la duda es si podremos generar las condiciones para que un porcentaje relevante de empresas logre desarrollarse y puedan escalar, llegando a más mercados en la región.
Sin duda, la Ley Fintech ha establecido las bases para un sistema financiero más dinámico e inclusivo, pero su éxito dependerá de la implementación efectiva de las normativas, el fortalecimiento de la ciberseguridad, la garantía de una inclusión financiera real, la protección de los consumidores y, sobre todo la identificación clara de los beneficios para cada uno de los actores del SFA. Por ello, en el año que comienza, es prioritario realizar un esfuerzo coordinado entre reguladores, industria y sociedad civil para avanzar rápidamente en la consolidación de un ecosistema financiero robusto y equitativo.
Equipo Prensa
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