- WoomUp, la plataforma líder en equidad de género en las empresas describe algunos síndromes que aquejan a las mujeres profesionales y trabajadoras. Estos van desde sentir la necesidad de complacer a los demás, ceder para que otros antepongan sus ideas, hasta las sensaciones de incertidumbre y miedo.
- Estudios advierten que estas barreras limitan el desarrollo de liderazgo profesional de las mujeres y Woomup orienta sobre cómo poder superarlas.
La vida de las mujeres está llena de desafíos y entre ellos múltiples factores externos hacen aún más compleja su carrera laboral y profesional. Algunas de estas dificultades parten de factores ajenos a ellas, sin embargo, muchas veces son síndromes internos –potenciados por el entorno– que complejizan la percepción que tienen sobre sus propios talentos, desempeños y trayectorias.
En los últimos años hemos escuchado sobre el Síndrome del Impostor. Hay estudios que señalan que este fenómeno lo han experimentado el 70% de las mujeres profesionales, en el que creen no merecer éxito ni reconocimientos por su trabajo, síntomas que las limitan al momento de buscar un ascenso, avanzar en su carrera profesional y desarrollar actividades laborales correspondientes a su cargo y que las hagan ser reconocidas. Sin embargo, los síndromes y fenómenos que ocurren desde los sesgos de género son más.
WoomUp, la plataforma que ayuda a las empresas a lograr la equidad de género, advierte otros tres fenómenos que afectan a las profesionales y trabajadoras chilenas -de forma transversal- y que son reconocidos en diversas partes del mundo.
El Síndrome de niña buena es aquel que hace referencia a la crianza y realidades a las que las mujeres se han enfrentado desde pequeñas. «Eso no es de señoritas» o «nadie te va a querer con ese carácter», son frases que marcan y que pueden llevar a desarrollar este síndrome, dejando a las mujeres con el temor de decepcionar, herir o incomodar a los demás. Aquí las mujeres suelen anteponer necesidades y deseos de los demás antes que los suyos, por miedo a concretar aquellas frases que escucharon de niñas.
El Síndrome de la Cuerda Floja es otro de los más comunes. Se refiere a las mujeres que al cumplir con las características que se reconocen como “femeninas” -como ser dulce, amable, no alzar la voz, etc- tienen dificultades para representar un estilo de liderazgo fuerte y decidido. La consecuencia es que las mujeres viven en una completa incertidumbre, ya que siempre están buscando el balance para ser asertivas, sin generar comentarios o incomodidades en el resto.
El tercer fenómeno producido desde el sesgo de género es el Síndrome de la Tiara. En este escenario, nos encontramos con mujeres que toman una actitud pasiva en el trabajo, cumpliendo con sus deberes haciéndose notar lo menos posible, pero con la expectativa de ser reconocidas públicamente por sus superiores, o sea, que “las coronen con una tiara”. En una evaluación de este síndrome, un estudio de la Universidad Carnegie Mellon demostró que el 57% de los hombres negociaron para mejorar las condiciones de su primera oferta de trabajo, mientra que sólo el 7% de las mujeres negoció su primera oferta laboral.
Todos estos síndromes son la demostración de cómo los sesgos de género contribuyen a reafirmar el denominado techo de cristal, el cual se refiere al conjunto de normas no escritas al interior de las organizaciones, que dificulta a las mujeres tener acceso a los puestos de alta dirección.
¿Cómo las mujeres pueden vencer estas creencias limitantes?
Gracia Dalgalarrando, Fundadora y Gerente General de WoomUp, expresa que la presencia de estos síndromes entre las mujeres profesionales es mucho mayor de lo que se cree en la sociedad chilena, por lo que es urgente avanzar dentro de las mismas empresas para que impulsen acciones que generen un cambio.
Respecto a ellos señala que “avanzar en equidad en las empresas es clave. Valoramos aquellas que se comprometen con el desarrollo de sus mujeres y porque además saben que es más productivo para ellos. Proponemos algunas políticas de empresa como: entrenamiento para sensibilizar sobre equidad de género, implementar procesos de selección inclusivo, abrir oportunidades de ascenso, entre otras”.
WoomUp con siete años de experiencia demostrada en programas de diversidad de género, ha trabajado con más de 90 empresas de distintas industrias en Latinoamérica impulsando el talento femenino, a través de mentorías, networking, capacitaciones y sponsoring para promover la carrera profesional de las mujeres dentro de las organizaciones y lograr derribar el denominado techo de cristal.
Gracia Dalgalarrando además advierte que necesitamos hackear nuestro cerebro con psicología positiva: por ejemplo, reemplazar el miedo que nos produce haber avanzado en la empresa por agradecimiento. “Si trabajo en mi expresión corporal, y trato de respirar más pausado, de cambiar mi expresión de preocupación por sonreír más -aunque no lo sienta así en el momento-, esa información mi cuerpo la transmite al cerebro y la interpreta como que me siento bien y más relajada”.
Un manejo importante para la superación de estos síndromes es la importancia de saber que existen y que no sólo le pasan a una, sino que a todas, productos de los sesgos inconscientes que han operado por siglos y que han determinado el rol de la mujer en la sociedad.
Equipo Prensa
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