por Iván Gutiérrez, Cloud Technical Architect de SAS.
Los servicios empresariales han experimentado un acelerado desarrollo en los últimos años. La implementación de nuevas tecnologías ha permitido a las organizaciones adaptarse a los desafíos cambiantes del mercado actual, jugando un rol fundamental en ello la tecnología Cloud.
Sin ir más lejos, datos de Statista aseguran que en el primer trimestre de 2023 el gasto global en servicios de infraestructura en la nube creció en más de $10 mil millones en comparación con el primer trimestre de 2022, lo que elevó el gasto total a $63,7 mil millones de dólares durante los primeros tres meses de este año.
Ciertamente se trata de una tecnología versátil que ha revolucionado a las empresas por diversas razones, entre ellas, su capacidad de almacenar, procesar y analizar grandes volúmenes de datos incorporando el Machine Learning dentro del proceso. De esta manera las compañías son capaces de obtener información valiosa para el negocio a partir de los datos y automatizar tareas complejas.
Asimismo, existen nuevas tecnologías dentro de la nube que permiten mejoras sustanciales. Un ejemplo es el Edge Computing que permite que los datos se procesen y analicen más cerca del punto en el que son creados, de esta manera se reduce la latencia y se mejora la performance en compañías que apuestan por el Internet of Things (IoT).
Por otra parte, la computación sin servidor (Serverless computing) permite al negocio enfocarse netamente en el desarrollo de sus aplicaciones, sin tener que preocuparse de nada más, debido a que será el proveedor de nube quien se encargue de la configuración, administración, escalado automático y mantenimiento de la infraestructura.
El cloud computing es capaz de ofrecer una amplia gama de beneficios para diversas industrias, ya que permite almacenar grandes volúmenes de datos de manera segura y acceder a ellos desde cualquier lugar, mejorar la capacidad de procesamiento actual, agilizar procesos y reducir la carga operativa a través de la automatización.
La seguridad: una característica clave
A mayor digitalización, mayores son los desafíos de seguridad, ya que en los últimos años las industrias han evidenciado un incremento en los ataques cibernéticos y filtraciones de datos. En ese sentido, la nube ofrece diversas herramientas para garantizar la seguridad y privacidad de la información.
Uno de los conceptos más importantes a la hora de ofrecer un entorno seguro es la encriptación de los datos. Hoy en día es posible y recomendado que la información esté cifrada en todo momento, tanto en su tránsito desde y hacia la nube, como cuando está almacenada en ella.
Otro punto clave es el proceso de autenticación/autorización de los usuarios, aquí la nube tampoco se queda atrás y permite incorporar las últimas tecnologías como, por ejemplo, el proceso de Single Sign-On (SSO) con autenticación multifactor (MFA), lo que garantiza que solo los usuarios que el negocio decida tendrán acceso a los datos y aplicaciones en la nube.
Por otro lado, los centros de datos de la nube, en donde se almacena físicamente la información, cumplen con estrictos estándares de seguridad física ya que tienen sistemas de vigilancia de última generación, controles de acceso biométrico y una alta resiliencia ante desastres naturales.
Sin duda, hoy más que nunca resguardar la información es vital, y por ello existen múltiples normativas de seguridad asociadas a la industria, región e incluso país. Los proveedores de nube están al tanto de esto y continuamente están renovando y obteniendo nuevas certificaciones. De hecho, es común que tengan un Trust Center donde es posible chequear en línea todas las normas y certificaciones por las cuales se rigen.
Desafíos y oportunidades
Pese a todos sus beneficios, la realidad es que la adopción de la nube trae consigo también una serie de desafíos, que deben ser considerados por las compañías que quieran mover sus datos y aplicaciones empresariales hacia esta tecnología. Entre los más comunes encontramos:
El cumplimiento normativo: Es importante verificar que la empresa que ofrezca sus servicios de nube cuente con todas las certificaciones necesarias para el negocio.
La latencia: Es clave chequear la velocidad de la conexión a los datos y aplicaciones cuando estos están en la nube, debido a que usualmente están en otra región y muy probablemente en otro país. Esto es especialmente relevante cuando hablamos de aplicaciones críticas para una compañía.
El manejo de costos: Si bien el sistema de pricing en la nube es muy flexible y ofrece distintos modelos (como pago por consumo y reserva de infraestructura), es importante monitorear y gestionar el correcto uso de los componentes, principalmente el almacenamiento y transferencia de datos, para no incrementar innecesariamente el gasto operacional asociado a este servicio.
La migración: El mover grandes datos, aplicaciones y procesos hacia la nube puede ser un desafío bastante complejo de resolver, para esto es fundamental la planificación y buscar apoyo de expertos para determinar el mejor camino que permita una transición natural hacia la nube.
La nube seguirá evolucionando para satisfacer las necesidades de sus clientes en diversas industrias y muy probablemente todas las compañías tengan que, más temprano que tarde, mover sus operaciones hacia esta tecnología. Por ello es importante mantenerse informado, asesorarse correctamente y planificar en el corto-mediano plazo una correcta transición.
Equipo Prensa
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