• Javiera Tapia Bobadilla es desarrolladora senior y profesora de programación en Le Wagon, principal bootcamp que está llevando a cabo diversas acciones para incentivar la participación femenina en áreas como STEM y la programación.

Al igual como lo hizo Javiera, a lo largo de la historia numerosas mujeres han sido fundamentales en el desarrollo e innovación tecnológica. Por ejemplo, Grace Hopper fue una de las primeras desarrolladoras de software al crear el compilador y el primer lenguaje informativo. Sin ella, nada en las ciencias de la computación sería lo mismo; Margaret Hamilton fue una pionera y visionaria de la programación informática, codificando el software que hizo posible que el hombre pisara la Luna. Y Ada Lovelace, además, fue la primera programadora de la historia al desarrollar el algoritmo destinado a ser procesado por una máquina.

Sin embargo, actualmente la participación femenina en este sector sigue siendo muy baja. Sebastián Buffo Sempé, co-founder de Le Wagon Latam, considera al respecto: “Las mujeres en la tecnología solo alcanzan el 10% en América Latina, así que estamos bastante lejos de poder generar diversidad. En Le Wagon hemos hecho muchas actividades para incorporarlas y una de las más relevantes para nosotros es contar con profesoras y asistentes mujeres en todo el mundo”.

La brecha de género que se empieza a diluir

Las carreras de las disciplinas STEM (sus siglas en inglés agrupan las Ciencias Básicas, la Tecnología, la Ingeniería y las Matemáticas) están altamente masculinizadas según los últimos estudios presentados por la UNESCO 2019). Es durante el sistema escolar que se producirían estereotipos que hacen que algunas profesiones sean categorizadas como “masculinas” y “femeninas” y que son determinantes al momento de decidir una carrera a estudiar.

Durante este tiempo Javiera en algunas ocasiones tuvo que justificar su experiencia y conocimiento, siendo clara respecto de sus ideas para defenderlas. “Eso me ha hecho cuestionarme cosas como ‘¿a los hombres les pasa lo mismo?’, ‘¿por qué debo validar constantemente mis conocimientos?’”, añade.

Es que de acuerdo con Whitepaper, un estudio realizado por Endeavor entre mujeres que trabajan en campos STEM en Latinoamérica, un 84% de las encuestadas concuerda con que enfrentan más dificultades que los hombres en el proceso de emprender y, entre ellas, un 40% declaró haber sufrido algún tipo de discriminación en el sector con un 97% de los casos relacionados a cuestiones de género.

De todas formas, el mismo estudio arroja datos algo más optimistas, dado que dice que tan solo un 13% de las compañías fundadas por un grupo mixto, de hombres y mujeres, fueron cerradas y son las que tienen mayor proporción de operación (84%). Todo esto demuestra la importancia de tener equipos diversos.

Javiera agrega que, afortunadamente, en el último tiempo se rodeó de equipos en los que primó el respeto y, en aquellos casos donde éste escaseó, pudo “forjar carácter y velar para que otras (y otros) no pasen por situaciones similares”.

Los datos de la Cámara de la Industria Argentina del Software demuestran que cada vez más mujeres conquistan espacios en el sector IT, dado que en los últimos años se duplicó la cantidad de colaboradoras, pero la participación femenina sigue representando tan solo un 30%, mientras que la masculina el restante 70%.

Javiera trae a colación el caso de Chile, donde las matrículas de mujeres en carreras de Ingeniería son tan solo del 19%, según un informe de UNESCO del año 2019. “Creo que es solo fata de estímulo, ya que he conocido muchas programadoras chilenas que han llegado al rubro por accidente y no así por elección a momento de escoger qué estudiar”, analiza.

¿Cómo incentivar a las mujeres en la programación?

Según explica nuestro co-founder, es fundamental para acortar la brecha de género motivar a las mujeres desde niñas hacia la tecnología y la ciencia desarrollando habilidades STEM, incentivando y potenciando sus capacidades.

Javiera, por su parte, sostiene: “Es ideal que el incentivo venga desde pequeñas, más exposición a los computadores. Y que los padres prueben regalarle un kit de robótica a sus hijas, incentivar el enfoque STEM en sus casas y cambiar un poco el paradigma. Esto no necesariamente implica dinero, los recursos se encuentran hoy en internet”.

“En este sentido, los bootcamps, como Le Wagon, aparecemos como una gran alternativa para crear desarrolladores productivos y competentes, que respondan a las crecientes necesidades del mercado. Sin duda, somos una gran oportunidad de cambiar la vida a quienes quieran involucrarse en el mundo tech. Ya sea reconvirtiéndose en desarrolladores web, data analysts, data engineers, gerentes de producto, data scientists, freelancers o creando un emprendimiento escalable.”, agrega Sebastián Buffo.

“Sumado a eso, ya estamos trabajando desde cerca con el ecosistema tech de Chile a fin de acercar oportunidades de conocer el mundo de la programación a través de talleres online o charlas inspiradoras”, concluye Seba.

En Le Wagon entienden la importancia de generar talento inigualable para el ecosistema tecnológico y respondemos a los optimistas datos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) que estiman que, para 2025, la industria del software latinoamericana empleará a más de 1,2 millones de personas entre programadores y científicos de datos.

 

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