. Sensores con nanopartículas en dientes de palas mecánicas evitarían suspensión de faenas cuando uno de ellos se desprende.
. La científica indica que es posible que de aquí a 10 años, el 50 por ciento de todos los tratamientos médicos estará basado en nanotecnología.
Una tecnología desarrollada en Chile, consistente en la introducción de sensores compuestos por nanopartículas en los dientes de acero de palas mecánicas de la minería, permitiría evitar detenciones de faenas no programadas que se calcula cuestan más de dos mil millones de dólares anuales a nivel mundial.
Así lo informó la Doctora en Física, Premio Nacional de Ciencias Exactas 2019, Dora Altbir, en conferencia que dictó en ciclo de charlas de los miércoles de la Academia Chilena de Ciencias.
En la oportunidad indicó que sensores que utilizan componentes de dimensiones a la nanoescala pueden detectar si alguno de los dientes de las palas se desprende, para retirarlo antes de que se deposite en la correa transportadora y termine en el chancador. Si esto ocurre obliga a una detención de faena no programada, lo que, acumulativamente, en el transcurso de un año, representa un costo de más de dos mil millones de dólares, a nivel mundial, y de 200 millones en Chile.
La Doctora Altbir es directora del Centro para el Desarrollo de la Nanociencia y la Nanotecnología de la Universidad de Santiago y destacó el aporte que estas disciplinas pueden hacer a la sociedad. Ellas se refieren al estudio y aplicación de materia a escalas reducidas, medidas en nanómetros, que corresponden a la millonésima parte de un milímetro.
Algunas de estas partículas nanométricas están presentes en la naturaleza. La doctora Altbir pone de ejemplo lo que ocurre cuando se enciende una vela. Señala que en ese acto se liberan millones de nanopartículas de carbono o nanodiamantes, que se difunden en el espacio, espontáneamente pero sin poder controlar su tamaño o forma.
La dinámica con estos materiales comenzó a cambiar hace tres décadas, cuando se empezaron a conocer sus propiedades y se desarrollaron procesos para producirlos en forma controlada.
La científica subrayó que los sensores para palas de minería son un ejemplo de la nanotecnología que se está produciendo en Chile. También señaló que está siendo utilizada en la fabricación de envases que permiten prolongar la vida útil de alimentos. Esto en línea con la aspiración del país por convertirse en potencia alimentaria.
300 VECES MÁS RESISTENTES QUE EL ACERO
En cuanto a otras utilidades que se está dando a las nanopartículas en el mundo se refirió en especial a la medicina, donde, señaló, “se piensa que de aquí a 10 años, el 50 por ciento de todos los tratamientos médicos va a utilizar nanotecnología. El uso de nanotecnología en medicina permite curar diversas enfermedades con mucho menos efectos secundarios”.
Mencionó como ejemplo una terapia denominada hipertermia, utilizada para tratar tumores cancerígenos. Explicó que consiste en guiar hasta donde ellos se encuentran, a través de la sangre, nanopartículas magnéticas o de oro, que mediante procesos físicos, pueden producir calor localizado, que destruye las células cancerosas sin dañar las que están sanas.
Añadió que las nanopartículas integran también la composición de los mejores lubricantes que existen en la actualidad, y describió el grafeno, que es 200 veces más resistente que el acero y genera electricidad si es expuesto al sol. Pudiendo ser utilizado en paneles solares, transistores y detectores de gas.
Señaló también que otras aplicaciones se basan en nanotubos de carbono, los que son 300 veces más resistentes que el acero, conductores de electricidad y extremadamente livianos. Actualmente están siendo incorporados en los fuselajes de aeronaves en reemplazo de fibras de carbono que venían utilizándose anteriormente. Esto pues la resistencia de los nanotubos alarga la vida útil del fuselaje, y su bajo peso permite ahorro de combustible y en consecuencia disminuye la contaminación ambiental.
El pronóstico de la Doctora Altbir sobre el futuro de la nanociencia y la tecnología en el país es optimista: “En Chile tenemos la posibilidad de hacer muchas cosas utilizando nanomateriales, porque la nanotecnología es una ciencia muy joven, muy nueva y cuyos límites están en la imaginación. Hay tantas posibilidades de hacer distintas nanopartículas, distintos materiales, mezclas de materiales, que las propiedades que podemos encontrar son tremendamente variadas, y en la medida que las vamos encontrando, vamos pensando en nuevas aplicaciones”.
Pero advirtió que es necesario que esta actividad se haga con responsabilidad, cuidando que los nuevos materiales no impacten negativamente en los usuarios de estas tecnologías ni en el medioambiente.
Aseguró que este es un aspecto al cual están dedicando atención diversos países, entre ellos Estados Unidos, cuyo organismo destinado a la regulación de medicinas y alimentos, FDA, estableció recientemente condiciones respecto de la utilización de nanotecnología.
Asimismo, comentó que los estados miembros de la OCDE se encuentran estudiando la materia.
Indicó que la seguridad es un punto relevante en el trabajo que realiza el centro de investigación que dirige. “Tenemos el primer laboratorio de nanoseguridad que existe en el país, lo que significa que previo al proceso de trabajar con un material, una vez que se sintetiza, lo sometemos a una serie de pruebas para asegurar que no tengan ningún efecto dañino”.
Equipo Prensa
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