Fueron 219 embarcaciones pesqueras artesanales que en 51 horas capturaron 19 mil toneladas del recurso jurel en aguas marítimas de Ñuble y Biobío. Las toneladas autorizadas para ser extraídas eran 17 mil 721, y la cuota se cerró con un 108% de consumo.
Se registraron 429 desembarques pesqueros en 56 horas totales que duró la temporada entre el 5 y el 7 de enero, y un 11,4% del total desembarcado fue fauna acompañante, correspondiente al recurso caballa.
El seremi de Economía del Biobío, Javier Sepúlveda, destacó las cifras de esta actividad que reactivan al sector productivo pesquero regional. “Estas cifras de desembarque del recurso jurel significan una reactivación importante en este sector económico que es el segundo más importante de la región tras el sector forestal. La temporada de pesca de jurel artesanal contribuye a la reactivación económica de los armadores y tripulantes de la flota pelágica, que en sólo unos días generaron una actividad que movió casi 6 mil millones de pesos, aportando materia prima para la industria pesquera regional y así, a la generación de empleo”, sostuvo la autoridad regional.
“Para nosotros como Sernapesca, fue una temporada exitosa porque el exceso de captura de recursos fue mínimo en comparación a años anteriores. Además, generar el control de esta cuota de jurel que se consume en pocas horas es un trabajo muy exigente para nuestros profesionales analistas, que deben conjugar múltiples factores para el resguardo del recurso”, explicó Ana María Fernández, directora regional del organismo fiscalizador.
La Fiscalización
Para realizar el control de cuota de la temporada de captura de jurel, Sernapesca Biobío coordinó este año a sus diversos equipos de forma integral: control de cuotas, unidad de análisis, fiscalización pesquera, certificación de desembarques, jurídica y comunicaciones.
“Desde antes de que parta el periodo captura comenzamos con fiscalizaciones en zona de pesca, porque algunas embarcaciones vulneran la normativa realizando actividades extractivas antes de tiempo, fue así como cursamos infracciones por capturar antes del periodo autorizado. Esto además se difundió generando un efecto disuasivo que resultó efectivo”, explico Fernández.
Y en el momento que parte la captura de la flota, el equipo técnico empieza a monitorear su comportamiento, se evalúan los participantes, los tamaños de las embarcaciones y las capacidades de bodega, se va monitoreando la fauna acompañante. Los certificadores de desembarques además de hacer sus labores habituales reportan datos para que la unidad de análisis y control cuota vayan trabajando proyecciones de consumo de las toneladas de pesca asignadas a los armadores artesanales.
“También la zona de pesca y la distancia de los puntos de desembarques son elementos por considerar, los tiempos y horarios que las plantas de proceso tienen para recibir la pesca, la aparición de fauna acompañante, las condiciones meteorológicas, entre otros factores”, explicó Gonzalo Ramírez, encargado de la Unidad de Análisis de Sernapesca Biobío.
Todo esto se hace en un periodo acotado, de alta presión para llegar al cierre más preciso que garantice un buen control de la cuota de pesca determinada, evitando excesos, y cumpliendo así la misión institucional de Sernapesca, que es velar por la sustentabilidad de la actividad económica pesquera y la protección de los recursos hidrobiológicos.
Equipo Prensa
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