Por Felipe Palma Campos, Gerente de Servicios de ITQ latam
Estamos entrando al mes de la ciberseguridad con una muy mala noticia: Chile retrocedió 10 puestos en el índice de ciberseguridad National Cyber Security Index, siendo superado por Paraguay, Argentina y Perú, con muy preocupantes resultados en la protección de servicios esenciales, digitales y la protección de datos personales.
Si bien Chile ha avanzado en generar un proceso legislativo para ciberseguridad, estos esfuerzos no se han visto concretados en la esperada ley de ciberseguridad e infraestructura crítica, la cual lleva mucho tiempo en un proceso que debería agilizarse y concretarse pronto.
Nuestros países vecinos ya cuentan con legislaciones en esta materia, las que han ido robusteciéndose de manera continua, generando una línea base definida para las organizaciones de cada país.
Además, es muy relevante mencionar que la percepción y reputación de ciberseguridad en Chile se ha visto mermada por los ciberataques sufridos en importantes instituciones públicas y privadas. Según Fortinet más de 4 mil millones de intentos, solo en el primer semestre de este año, lo que pone en duda nuestro proceso-país en esta materia.
Chile tiene un liderazgo tecnológico en la región, además de un alto nivel de especialización técnica. Sin embargo, la falta de una regulación trae como consecuencia una lenta adopción de procesos y políticas de ciberseguridad, muchas organizaciones robustecen su seguridad con tecnologías sin procesos ni una cultura interna de ciberseguridad.
Nuestra moraleja, entonces, es priorizar y regular con mayor celeridad la adopción de una estrategia de ciberseguridad, focalizada en procesos, personas y tecnologías, con foco en la cultura de ciberseguridad en las organizaciones, la protección de datos y con uso de tecnologías para apoyar el proceso.
Equipo Prensa
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