Eduardo Bitran, académico UAI, en seminario de la OCDE:
“En Chile y América Latina debemos impulsar una transformación productiva digital sostenible para lograr una economía más productiva, resiliente e inclusiva»
- América Latina goza de riqueza en energías renovables y por tanto es oportuno promover estrategias de desarrollo productivo y tributarias que generen los incentivos para una Transformación Digital Sostenible, con exportaciones con atributos diferenciadores de sostenibilidad y relación virtuosa con las economías domésticas.
El seminario de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), “Jornadas sobre Desarrollo en Transición: Diálogos para trazar nuevos caminos en América Latina y el Caribe”, fue el escenario escogido por Eduardo Bitran, académico de la Facultad de Ingeniería y Ciencias de la Universidad Adolfo Ibáñez, para analizar los desafíos económicos que enfrenta Chile y las oportunidades que ofrecen las estrategias colaborativas para la transición post pandemia de América Latina y El Caribe.
En la oportunidad, Bitran señaló que la obligación de impulsar políticas que permitan una recuperación resiliente y sostenible y retomar el crecimiento de largo plazo, basado en aumentos de productividad e inversión, que permita recuperar y generar empleos de calidad. Al igual que otros países de la Región, Chile evidenció en estos meses de pandemia, una serie de cambios que apuntan a una intensa aceleración de los procesos de transformación digital, lo que afectará las posibilidades de empleo de un importante segmento de la fuerza de trabajo que no tiene las competencias para la nueva economía digital. Al mismo tiempo la pandemia ha generado una mayor conciencia de nuestra interdependencia global, lo que ha llevado a los países desarrollados a fortalecer la acción climática. No se trata solo de regulaciones e impuestos orientadas a la descarbonización, también a nivel corporativo se generan estrategias para dar cuenta de nuevas exigencias de los actuales y futuros clientes y la facilidad para atraer talentos. Esta nueva tendencia no solo es relevante para las empresas tecnológicas, sino también en sectores de recursos naturales, como la minería, en que nuevos mercados como la electromovilidad demandan trazabilidad de la huella de carbono, y también los mercados de capitales claves para el financiamiento de las inversiones exigen compromisos ambientales. “Ya no hablamos de una licencia social, sino de un buen negocio para empresas y para nuestros países. De la mano de estos cambios, el académico explicó que en Chile, luego de más de dos décadas de esfuerzos por desarrollar ecosistemas de innovación y emprendimiento dinámico, se ha generado un cambio cultural y de actitud que favorece el desarrollo de “empresas gacela”, aquellas de rápido crecimiento y que en términos globales en la OCDE; generan entre un 60 y 70% del nuevo empleo. “En Chile las empresas gacela representan el 75% del nuevo empleo”, precisa Eduardo Bitran. Destacó de ellas su alta capacidad de innovación, flexibilidad en su gestión y posibilidad de conectarse con grandes empresas y crecer globalmente.
El expositor señaló que estos cambios requieren fortalecer la colaboración entre stakeholders, tanto públicos como privados, la academia, los centros de innovación y la sociedad civil. “Tenemos que acelerar la transformación digital, la sostenibilidad, el fomento de la productividad y de la inclusión social. Existen fallas de coordinación que inhiben la innovación para poder avanzar en una transformación «Digital Sostenible» que le permitan a la región un crecimiento sustentable ambientalmente, con aumentos sostenidos de productividad e inclusión social.
El seminario habilitó la discusión entre representantes de América Latina, quienes coincidieron en poner énfasis en la transición y la posibilidad de repensar la cooperación internacional para Latinoamérica y El Caribe, permitiendo el intercambio entre los países de la región para una recuperación sostenible y más inclusiva, adaptada al mundo pos Covid; tras un periodo que puso al descubierto graves desigualdades de la sociedad y la necesidad de buscar modelos más justos y resilientes.
Eduardo Bitran señaló que si bien Chile fue uno de los países con mayor crecimiento económico durante 30 años, reduciendo sus índices de pobreza de un 40 a un 8%, hoy parece estar estancado en la «trampa de los países de ingreso medio» en que se interrumpe la convergencia al desarrollo debido a una crisis de productividad y competitividad y una crisis de cohesión social debido a: descrédito de las instituciones, percepción de inequidad y de exclusión de los beneficios del crecimiento, sensación de desprotección, y frustración de expectativas; condiciones que generan un circulo vicioso de inestabilidad e inseguridad que a su vez inhibe la inversión y el crecimiento; este es un problema no solo de Chile, sino que de toda América Latina.
Señaló que Chile experimentó un crecimiento exportador del 12% anual durante más de una década y un sostenido aumento de la diversificación de la canasta exportadora, pero esta dinámica se detuvo desde mediados de la década pasada, con un crecimiento exportador en los últimos quince años del 1% anual. “El carro que empuja el crecimiento son las exportaciones y no realizamos una inflexión a una dinámica que aproveche los recursos naturales para generar encadenamientos productivos e innovación de clase mundial para aumentar la productividad y sustentabilidad de estas actividades, sostuvo el docente UAI. Y añadió: “nunca es tarde, debemos enfocarnos como país en dos ejes fundamentales, acelerar la transformación digital de los sectores productivos claves y sofisticar nuestras exportaciones enfatizando la sustentabilidad ambiental, aprovechando nuestras energías renovables , y avanzar por ejemplo, hacia una minería virtuosa, capaz de entregar productos “verdes”. Debemos promover la innovación, el desarrollo de competencias laborales para la economía digital creando ecosistemas de innovación y emprendimiento dinámico bien conectados y políticas transversales de desarrollo sustentable”.
La OCDE, a través del Centro de Desarrollo y del Centro para el Bienestar, la Inclusión, la Sostenibilidad y la Igualdad de Oportunidades (WISE), brinda una oportunidad para intercambiar experiencias en la respuesta a la pandemia y la recuperación. Expertos en distintas áreas presentaron diferentes perspectivas para el abordaje multidimensional de los retos pendientes en general para la región.
Equipo Prensa
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