• A partir de 2023, todas las viviendas nuevas deberán informar su nivel de ahorro a través de la Calificación Energética de Viviendas del MINVU. Mientras tanto, existe una zona gris que puede ser engañosa para los clientes. Descubre las claves para diferenciar entre el marketing y la realidad.

Bajo consumo energético, ahorro en los gastos fijos, confort térmico interior, menos emisiones de CO2… Todos hemos escuchado o conocemos los beneficios de habitar una vivienda eficiente. Afortunadamente, la industria constructiva chilena ha evolucionado para lograr mayores estándares de ahorro energético, pero los criterios siguen siendo variados. Por eso la Ley de Eficiencia Energética estableció que a contar de 2023 todos los proyectos residenciales deberán obtener la Calificación Energética de Viviendas (CEV), instrumento desarrollado por el MINVU para calcular el ahorro que generan las viviendas, obligando a informarse en toda publicidad.

Mientras tanto, ¿sabemos qué implica a la hora de cotizar una propiedad nueva? ¿En qué debemos fijarnos o pedir información? Juan Gatica, subgerente de Proyectos de Inmobiliaria Altas Cumbres, uno de los primeros desarrolladores en Chile en certificarse voluntariamente bajo la CEV y 20 años de experiencia en el sur del país, entrega las claves a la hora de cotizar una propiedad:

“Lo primero es entender que la eficiencia energética de una vivienda está determinada por el diseño arquitectónico, la calidad de la construcción y los materiales utilizados. Es decir, si viene equipada con un sistema de calefacción o paneles solares, por muy eficientes que sean, éstos son un complemento; lo importante es que la construcción alcance por sí sola el confort interior en invierno o verano”, explica.

En términos de diseño, Gatica sugiere privilegiar aquellos proyectos que aprovechan inteligentemente la orientación, considerando las horas de sol y las sombras naturales. Agrega que un plus es la ventilación convectiva, innovación que se ha ido integrando durante la última década.

“Se puede comprobar fácilmente, porque el diseño se caracteriza por unas aberturas en las caras opuesta de la parte superior de la vivienda”. La diferencia de presión hace que el aire caliente y viciado ascienda y salga, dejando entrar el aire fresco. Al renovar el aire del interior de la vivienda, reduce la condensación y la contaminación intradomiciliaria. “Por lo tanto, no hay necesidad de abrir las ventanas para ventilar, evitando los cambios de temperatura”, destaca el especialista.

Al observar la calidad de la construcción, los revestimientos deben ser resistentes y acordes a la zona climática, lo mismo que la aislación. “Mientras mayor sea la calidad y el recubrimiento de la envolvente térmica en muros y techos, menor será la pérdida de energía en invierno y evitará que la vivienda se sobrecaliente en verano, evitado que tengamos que usar estufas, aire acondicionados o ventiladores”, sostiene García, quien explica que en el sur aplican tres capas de aislación adicionales a las tres que normalmente se usan en las viviendas.

Finalmente, en términos de materiales hay una serie de innovaciones que ayudan, por ejemplo, a mejorar a aislación, desde el poliestileno expandido hasta el EIFS, además de sellos para evitar los escapes de energía. En el caso de las ventanas, Juan Gatica recomienda que tengan marcos de PVC que son altamente herméticos y vidrios de termopanel que permiten disminuir la sensación térmica.

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