- La minera francesa Eramet ha presentado un plan de recuperación operativa y financiera con el que busca revertir la caída de sus ingresos y estabilizar su nivel de deuda. En su estrategia, comunicada este 4 de diciembre, la compañía pone el foco en dos frentes: aumentar su producción de manganeso en Gabón y acelerar la operación de su proyecto de litio en Argentina.
El plan se da a conocer en un contexto adverso para el grupo. Durante el último año, Eramet ha enfrentado una disminución en el precio de varias de sus materias primas clave, lo que se ha traducido en una contracción de ingresos y una presión creciente sobre su balance financiero. La empresa proyecta generar entre 130 y 170 millones de euros en EBITDA adicional para el año 2026, una meta que espera alcanzar a través de optimizaciones logísticas, mayor eficiencia operativa y una rápida escalada en la producción de minerales considerados críticos para la transición energética.
En el caso del manganeso, Eramet operará un incremento en los volúmenes transportados desde sus minas en Gabón. Para lograrlo, está priorizando inversiones en infraestructura ferroviaria, elemento que hasta ahora ha representado un cuello de botella logístico. El objetivo es reducir costos unitarios y aumentar los márgenes de operación, pese a un entorno global de precios que se mantiene bajo por la menor demanda de acero.
El segundo eje del plan se centra en el litio, mineral indispensable para la fabricación de baterías eléctricas. La compañía ya ha completado la adquisición del 100 % del proyecto Centenario-Ratones en la provincia de Salta, Argentina, operación que anteriormente compartía con la empresa china Tsingshan. Con el control total del activo, Eramet busca avanzar sin restricciones hacia su meta de alcanzar plena capacidad de producción en 2026.
La planta utilizará tecnología de extracción directa de litio (DLE, por sus siglas en inglés), que promete ser más eficiente en el uso del agua frente a los métodos tradicionales de evaporación. Este avance resulta especialmente relevante ante el creciente escrutinio ambiental que enfrentan los proyectos de litio en América Latina. Según las previsiones de la empresa, se espera una producción anual de 24,000 toneladas de carbonato de litio equivalente, lo cual colocaría a Eramet en una posición competitiva dentro del mercado global.
El giro estratégico de la firma responde a la necesidad de adaptarse al nuevo perfil de demanda industrial global, que privilegia metales con aplicaciones en electromovilidad, almacenamiento energético y manufactura avanzada. En este sentido, Eramet se suma a una tendencia cada vez más marcada en la industria minera: reposicionar su portafolio en torno a minerales estratégicos, sin abandonar sus operaciones tradicionales pero apostando por la diversificación crítica.
Además del desafío operativo, la compañía enfrenta retos de financiamiento. Durante 2025, Eramet incrementó su deuda neta hasta los 1,200 millones de euros. En su comunicado a inversionistas, el grupo enfatizó que el plan presentado no solo busca mejorar la rentabilidad operativa, sino también fortalecer su flujo de caja libre para reducir el apalancamiento financiero. La meta a mediano plazo es volver a un ratio deuda/EBITDA inferior a 2, lo cual permitiría a la empresa recuperar margen de maniobra para nuevos proyectos o asociaciones estratégicas.
Las perspectivas macroeconómicas no son favorables, pero Eramet considera que su posicionamiento en nichos de alta demanda —como el litio para baterías eléctricas— le permitirá contrarrestar la volatilidad del mercado. No obstante, la concreción del plan depende de varios factores externos: estabilidad política en los países de operación, acceso a infraestructura adecuada y evolución favorable de los precios internacionales de los minerales involucrados.
En Gabón, donde se concentra la operación de manganeso, el cambio reciente de gobierno tras el golpe militar de 2023 ha introducido una variable de incertidumbre. Hasta el momento, las operaciones de la empresa no han sido afectadas, pero el entorno regulatorio permanece bajo revisión por parte de las autoridades de transición. En paralelo, en Argentina, la transición presidencial de Javier Milei también podría modificar las condiciones para inversiones extranjeras, incluyendo impuestos a la exportación y políticas de control de capitales.
Pese a estos riesgos, el director general de Eramet, Christel Bories, ha reiterado el compromiso de la empresa con sus proyectos en ambos países. En declaraciones recientes, subrayó que los activos en Gabón y Argentina son “claves” para el futuro de la empresa, no solo por su potencial económico, sino por su valor estratégico dentro del nuevo mapa de minerales críticos a nivel mundial.
El caso de Eramet refleja un fenómeno más amplio en la minería global: las empresas con visión de largo plazo están redireccionando sus inversiones hacia metales con alta proyección de demanda, particularmente aquellos vinculados a la descarbonización. A pesar de los desafíos, esta transformación del modelo minero representa una oportunidad para países productores como Argentina o incluso México, que podrían capitalizar sus reservas de litio si establecen marcos normativos claros y atractivos para la inversión.
Desde el punto de vista económico, el éxito del plan de recuperación de Eramet no solo impactaría en sus resultados financieros, sino que podría representar un ejemplo de cómo las empresas tradicionales del sector minero pueden adaptarse a un entorno en transición energética. El reto está en ejecutar los proyectos sin demoras, controlar los costos en entornos inflacionarios y mantener relaciones estables con los gobiernos anfitriones.
En términos operativos, 2026 será un año clave para evaluar si la apuesta de Eramet por el litio y el manganeso fue la decisión correcta. La reconfiguración de su portafolio se alinea con las prioridades globales de sostenibilidad, pero su implementación exigirá disciplina financiera, capacidad técnica y agilidad frente a escenarios volátiles.















































