En un entorno empresarial cada vez más dinámico, tecnológico y global, las organizaciones están llamadas no solo a innovar en sus productos, sino también en su forma de relacionarse con las personas. Hoy, más que nunca, entendemos que la diversidad y la inclusión no son cumplir con la normativa para un beneficio adicional: son un requisito para fortalecer equipos, y con ello, construir empresas sostenibles, humanas y competitivas.
La igualdad de oportunidades no es un objetivo aislado, es una parte esencial de nuestra cultura corporativa. La presencia de mujeres, jóvenes, personas con discapacidad y profesionales de distintas generaciones y culturas no solo amplía miradas, sino que enriquece la toma de decisiones, mejora la innovación y crea ambientes laborales más justos y diversos. Por eso, hemos construido una política de diversidad e inclusión que no se declara: se practica. La diversidad genera valor, y la inclusión lo convierte en acción.
Con orgullo, podemos decir que hemos avanzado de manera sostenida en la incorporación de mujeres en nuestra compañía, representan el 41% de nuestra dotación y un 32% de los cargos de management, cifras que reflejan un trabajo serio, constante y acompañado de objetivos que buscan la equidad en la incorporación de mujeres en posiciones de liderazgo, el cierre de brechas salariales, entre otras. Y este compromiso lo hemos extendido más allá de nuestras instalaciones, un ejemplo, es el apoyo que brindamos a las mujeres afectadas por los incendios de Santa Olga y Valparaíso, también a hogares de adulto mayor, porque sabemos que el sector privado tiene un rol social que cumplir en momentos de crisis.
La participación de los jóvenes en Legrand también es un pilar que fortalecemos con programas de pasantías, alianzas con instituciones educativas y un trabajo profundo con Inspiring Girls, que permite a niñas y jóvenes conocer referentes femeninos en el mundo profesional. Creemos en la mentoría y en programas de desarrollo local, regional e internacional, en el aprendizaje continuo y en abrir espacios para que los talentos emergentes puedan crecer en una organización que, apuesta por ellos y su liderazgo acompañando su trayectoria, preparándolos para desafíos presentes y futuros.
Mucho antes de que la ley lo exigiera, incorporamos personas con discapacidad a sus equipos. Este avance, iniciado el año 2014, no solo marcó un precedente interno, sino que evidenció una mirada que nos hizo entender el trabajo como un espacio de derechos y oportunidades para crecer con las capacidades y talentos de cada persona. La existencia de un Comité de Diversidad e Inclusión llamado Elle@legrand transversal a todas las áreas, refuerza este enfoque: las decisiones se construyen colectivamente y con sensibilidad a las distintas realidades dentro de la compañía.
La diversidad y la inclusión no se decretan: se construyen día a día con coherencia y voluntad sostenida. En Legrand avanzamos con esa convicción, donde cada persona pueda crecer, aportar desde su autenticidad y acceder a verdaderas oportunidades, confiando en el talento y las diferencias que enriquecen los equipos en torno a la pluralidad. Porque la diversidad no es solo un principio corporativo, sino una ventaja competitiva y, sobre todo, la base para crear un mejor lugar para trabajar.











































