Es un momento clave para la comunidad global de Mining & Metals con el lanzamiento del 14° informe de Tracking The Trends de Deloitte. Si bien, habría sido más fácil centrarse en la pandemia de COVID-19, hemos tratado de mirar más allá de los problemas inmediatos para capturar cómo se están viendo afectadas las tendencias en un largo plazo en la industria minera, como también las nuevas tendencias que están surgiendo. Este año el foco es en ESG, talento y cultura, digitalización y gestión de riesgos. Todo esto se plasmó en 10 tendencias que se exploran en el documento las cuales son:
Tendencia 1: Alinear la asignación de capital con ESG
Tendencia 2: La reconfiguración de las cadenas de valor tradicionales
Tendencia 3: Operar en el entorno normativo y fiscal posterior a la pandemia
Tendencia 4: Integrar los aspectos ESG en las organizaciones
Tendencia 5: Evolución del mundo laboral de la minería
Tendencia 6: Establecimiento de un nuevo paradigma para las relaciones indígenas
Tendencia 7: Continuar el camino hacia las organizaciones impulsadas por la innovación
Tendencia 8: Liberar valor a través de operaciones integradas
Tendencia 9: Cerrar la brecha de vulnerabilidad IT-OT
Tendencia 10: Preparación de las operaciones para el cambio climático
En el contexto actual en el que se encuentra Chile, todas las tendencias de Tracking The Trends van a ser aplicables, sin embargo, hay tres en particular que tendrán un efecto significativo en las organizaciones minera y la manera en que se relacionan con los gobiernos, las comunidades y los colaboradores:
Tendencia 3: Operando en el nuevo superciclo.
Chile actualmente representa aproximadamente 1/3 de la producción mundial de cobre, un producto clave para lograr los objetivos de energía renovable que sustentan el plan de descarbonización de las compañías y el gobierno del 2030 a 2050.
Es muy probable que la electrificación de los sistemas actuales, que dependen de los combustibles fósiles, mantenga una fuerte demanda de cobre durante muchos años. De hecho, durante los últimos 12 meses, esta demanda ha hecho que los precios del cobre alcancen máximos históricos y los analistas han sugerido que esta transición a la energía verde puede ser el comienzo de un nuevo superciclo que podrías durar entre 10 a 35 años.
Si bien el superciclo del cobre está en pleno apogeo, Chile ha experimentado el surgimiento de movimientos sociales con demandas sociales que buscan aumentar la distribución de la riqueza entre la población. Esto culminó con varios meses de disturbios sociales a fines de 2019, unos meses antes de que comenzara la pandemia. La situación resultó en un referéndum donde los chilenos votaron para definir una nueva Constitución para Chile. Este proceso se espera que se complete a fines de 2022. Un tema clave que ha surgido a través de este proceso, es que la riqueza creada por las mineras debe distribuirse de manera equitativa.
Con este fin, en 2021 se presentó al parlamento chileno un proyecto de ley de regalías mineras que aumentaría significativamente las pagadas por los productores de cobre, particularmente durante los períodos de altos precios del cobre. Con respecto al proyecto de ley propuesto, los inversionistas podrían enfrentar una carga fiscal del 82% en regalías e impuestos sobre las ventas que excedan las 12,000 toneladas anuales de cobre y 50,000 toneladas por año de litio, frente al 40.3%. El proyecto de ley continúa pasando por los procesos del parlamento, con un retraso reciente que crea incertidumbre sobre lo que se aprobará en el proyecto de ley final.
Todas las partes; las empresas mineras, el gobierno y los ciudadanos de Chile, tienen mucho que ganar o perder dependiendo de las muchas decisiones que se tomarán durante 2022. En un mundo de altos impuestos e incertidumbre regulatoria, es probable que las empresas mineras lleven sus inversiones a otros países, lo que podría tener un gran impacto financiero en Chile en el mediano plazo, ya que las minas existentes necesitan nuevo capital para sostenerse y crecer. Del mismo modo, las empresas mineras deben demostrar activamente su compromiso con Chile y los chilenos, no solo a través del empleo y los impuestos, sino también a través de iniciativas sostenibles de impacto ambiental y social.
Tendencia 4: Incorporación de ESG en las organizaciones
Actualmente estamos presenciando la respuesta de las mineras respecto a la creación de entornos de trabajo seguro y observando un aumento de las expectativas en relación con el desempeño ESG de los gobiernos, reguladores, inversores y empleados.
Cada una de las partes interesadas mencionadas anteriormente busca garantizar la creación de valor a largo plazo para los accionistas, los gobiernos y el medio ambiente. Este es un entorno complejo para que las organizaciones trabajen mientras se encuentren compensaciones que logren mejores resultados desde una perspectiva estratégica.
Las mejoras significativas en el desempeño de seguridad en la última década son el resultado del cambio cultural en todos los niveles de las organizaciones mineras y se puede esperar que se necesite el mismo cambio cultural hacia las consideraciones ESG para lograr resultados similares.
El cambio cultural comenzará con el liderazgo sénior y luego a través de un modelo de rol efectivo y una acción decisiva que refleje los compromisos ESG, incluido el uso de incentivos en las remuneraciones.
En contexto de Chile se espera que haya un enfoque considerable en el uso del agua, el cumplimiento de los compromisos de cambio climático y la distribución efectiva de la riqueza a través de impuestos y empleo directo e indirecto en todas las regiones. Con las estrategias correctas implementadas, combinadas con información altamente transparente disponible y un enfoque de asociación para todas las partes interesadas, este es un desafío al que la industria tiene la capacidad de responder de manera efectiva para mantener la licencia social para operar.
Tendencia 8: Liberar valor a través de operaciones integradas
El rápido desarrollo de las capacidades de IO en Chile lo ha convertido en uno de los líderes mundiales en operaciones integradas y muchas organizaciones internacionales podrán ver como un punto de referencia al país, similar a la forma en que Australia ha sido vista durante la última década.
El éxito de estos programas de IO ha sido mixto debido a conceptos erróneos sobre lo que significa de manera práctica el término operaciones integradas. Hemos observado demasiado enfoque en la tecnología y en las instalaciones, a menudo con la implementación de un centro de operaciones remoto. Si bien la tecnología y las instalaciones la mayor parte de las veces desempeñan un papel en los programas de operaciones integradas, no son el motor de la creación de valor.
El valor de las operaciones integradas proviene de tomar decisiones de compensación efectivas en todas las partes de la cadena de valor en los horizontes temporales, desde el tiempo real hasta la vida útil de la mina. Los programas de IO efectivos crean los procesos, estructuras, derechos de decisión y sistemas que permiten a las organizaciones planificar, ejecutar y mejorar su rendimiento general desde todas las perspectivas, incluidos los componentes de producción, costos y ESG.
Una vez que los elementos centrales de las operaciones integradas están integrados, el siguiente punto de apalancamiento importante que vemos es el uso de análisis avanzados, capacidades de aprendizaje automático y automatización de procesos como los principales impulsores del rendimiento integrado.
Chile está demostrando una vez más ser un líder mundial en el uso de análisis avanzados y aprendizaje automático y está en el proceso de crear un ecosistema efectivo para rivalizar con otros países mineros importantes. La principal barrera en este momento es la atracción y retención de personas con las habilidades adecuadas. Las habilidades que tienen estas personas son fácilmente transferibles a otros sectores como las finanzas y el consumo, por lo que la industria minera debe unirse para crear oportunidades emocionantes que marcarán una diferencia real en el mundo. Nuestro papel en el paso a la electrificación y, por lo tanto, la reducción de los gases de efecto invernadero es una gran palanca que tenemos para atraer a las personas a una causa que a muchos talentos de generaciones más jóvenes realmente les importa.
Hay otras siete tendencias que también son relevantes para Chile de diversas maneras, como la forma de asignar capital desde una perspectiva ESG, lidiar con la vulnerabilidad de TI-OT en un mundo donde cada vez más vamos a trabajar de forma remota durante parte o la mayor parte del tiempo, y preparar las operaciones para el cambio climático. Es decir, convertir las estrategias de alto nivel en actividades accionables que sean medibles e impactantes. Esperamos que obtenga valor de muchas de las tendencias publicadas en 2022 y estamos aquí para ayudarlo en caso de que tenga alguna pregunta o comentario. Nos encantaría recibir sus comentarios.
Equipo Prensa
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