- Aparatos capaces de eliminar un 99,9% de carga viral se posicionan como grandes alternativas para limpiar el aire y superficies de espacios domésticos, oficinas, comercio, jardines infantiles, colegios y todo tipo de espacios cerrados.
Desde inicios de la pandemia los purificadores de ambiente y otro tipo de artefactos tecnológicos ligados a la mejora de la calidad del aire al interior de espacios cerrados, tanto públicos como privados, se han masificado y posicionado como una real alternativa con consecuencias sobre la salud de las personas.
Artefactos que anteriormente se utilizaban solo con fines de eliminar partículas contaminantes y alérgenos, tales como ácaros, polen, entre otros, hoy se instalan en el mercado con la finalidad de eliminar virus y bacterias. De hecho, la mayoría de ellos ayudan a disminuir un 99,9% de la carga viral de los ambientes cerrados, entre ellos, el virus SARS-CoV-2 (COVID-19).
Es lo que más se vio en el marco de la Expo Frío Calor Chile, evento en el que se han presentado las últimas tendencias y las más recientes innovaciones tecnológicas en materia de climatización de bajo consumo y amigables con el medio ambiente.
¿Cómo funcionan?
En el caso de los purificadores de aire, cuentan con filtros HEPA carbón que eliminan olores y partículas como polen, polvo, moho, humo de cigarrillos, entre otros. Además de filtros ultravioletas (UV) que se encargan de eliminar virus, bacterias y gérmenes. Para ambientes domiciliarios existen diversos tamaños, donde el más grande es capaz de cubrir hasta 30 mt2. Todos son movibles de un ambiente a otro y cuentan con distintas velocidades además de alternativas “turbo” que permiten acelerar el proceso de limpieza y eliminación de partículas en suspensión.
Por otro lado, está el servicio de limpieza con artefactos capaces de desinfectar el aire de ambientes cerrados, ya sean casas, edificios, jardines infantiles, salas de clases, incluso pabellones quirúrgicos. La tecnología funciona a través de la saturación del aire con un gas llamado peróxido de hidrógeno que actúa sobre la membrana de los microorganismos suspendidos en el ambiente -imperceptibles por el ojo humano- llámese hongos, bacterias y virus. Al desinfectar el aire y las superficies del espacio se reduce notoriamente la transmisión de virus respiratorios como por ejemplo el coronavirus, la influenza, sincicial, entre otros.
Equipo Prensa
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