- Una encuesta global conjunta entre las empresas GreenBiz y Black & Veatch (2021) encontró que más del 80 % de las empresas encuestadas con ingresos superiores a $250 millones han establecido metas de reducción de gases de efecto invernadero, pero el 25 % no está seguro de cómo hacerlo.
El año 2021 fue trascendental en todos los aspectos, desde cambios culturales y una revolución laboral hasta inversiones gubernamentales masivas en infraestructura y un impulso más fuerte que nunca para combatir el cambio climático, lo que implicó, para muchas empresas, llevar sus esfuerzos de sostenibilidad y descarbonización a nuevas alturas.
Estos cambios toman en cuenta los acuerdos firmados durante la COP26 (noviembre 2021), donde más de 130 países se comprometieron a detener y revertir la deforestación y la degradación de la tierra para 2030, y más de 100 firmaron el Compromiso Mundial de Metano para reducir colectivamente las emisiones de metano en un 30% para fines de esta década, además de las 215 empresas que ya han firmado el compromiso climático: un esfuerzo colectivo entre la comunidad empresarial destinado a lograr emisiones netas de carbono cero para 2040.
Óscar Falcón, vicepresidente y director general de Black & Veatch Latinoamérica, hizo un análisis sobre esta situación y determinó que “cuando hacemos un balance de todo lo que se ha logrado, todas las metas establecidas y las promesas firmadas, esto es un progreso tangible y significativo; más, sin embargo, no es suficiente. Hay un largo camino por recorrer entre las metas y la ejecución, y una de las fases más críticas de la transición energética es el desarrollo de estrategias y planes detallados con pasos claros (Hojas de Ruta) para reducir las huellas de carbono y alcanzar los objetivos de sostenibilidad”.
La planificación y la flexibilidad son clave
Una encuesta global conjunta entre las empresas GreenBiz y Black & Veatch, detallada en el informe de Medición y Establecimiento de Metas de Sostenibilidad Corporativa de 2021, encontró que más del 80 % de las empresas encuestadas con ingresos superiores a $250 millones han establecido metas de reducción de gases de efecto invernadero, pero el 25 % no está seguro de cómo hacerlo.
En este sentido, Óscar Falcón, vicepresidente y director general de Black & Veatch Latinoamérica, destaca que “a medida que descubran cómo avanzar, las empresas deberán mantener un equilibrio activo de planificación y flexibilidad para tomar decisiones informadas mientras el panorama de la sostenibilidad continúa evolucionando. Los enfoques exitosos para la descarbonización serán adaptativos y se irán evaluando y teniendo en cuenta los parámetros únicos de cada situación ya que, con una gama tan amplia de objetivos, tecnologías disponibles, consideraciones geográficas e incertidumbres de costos, no existe una metodología única para todas las empresas, por lo que cada una deberá desarrollar la estrategia u Hoja de Ruta que mejor se adapte a sus necesidades, y contar con partners especializados que entiendan las necesidades de cada negocio es clave”.
Un buen punto de partida para cualquier empresa es definir dónde está y dónde quiere estar, para luego identificar sus brechas priorizando la flexibilidad y desarrollando estrategias de “gatear, caminar o correr”. “Una vez que una entidad tiene sus prioridades en orden, puede comenzar a evaluar soluciones, combinando cada desafío con las tecnologías adecuadas para superarlo”, añade Falcón.
Aprovechamiento de la tecnología
A medida que se desarrollen estrategias de descarbonización, estas se basarán en nuevas tecnologías y otras en desarrollo para satisfacer las crecientes necesidades energéticas. Hacer apuestas estratégicas pero informadas sobre tecnologías y combustibles bajos en carbono emergentes como el amoníaco, el hidrógeno, la captura de carbono, los biocombustibles y el almacenamiento a largo plazo es un desafío, ya que la viabilidad comercial y el cronograma de estas tecnologías están en constante evolución a través de inversiones, investigación y desarrollo, y políticas. Por esta razón, “cada Hoja de Ruta necesita una experiencia tecnológica significativa para garantizar que las entidades estén posicionadas estratégica y tácticamente para tomar las mejores decisiones económicas y tecnológicas posibles para cumplir con sus objetivos de descarbonización”, comenta el ejecutivo.
A su vez, las tecnologías digitales ofrecen otro conjunto crítico de oportunidades para apoyar el logro de los objetivos de descarbonización. En la era de Big Data, tenemos la capacidad de recopilar y analizar grandes cantidades de información creando una vista de 360 grados de nuestra infraestructura. Esta capacidad nos permite impulsar la eficiencia y reducir las emisiones de carbono.
Crear un plan de juego
La planificación de la descarbonización puede ser una tarea desalentadora, ya que las mejores Hojas de Ruta consideran el correcto proceder para períodos de tiempo de hasta 30 años en el futuro, lo que hace que, a menudo, las empresas se sienten abrumadas por la cantidad de alternativas y los grados de incertidumbre existentes en distintos caminos.
Por esta razón, desarrollar estas Hojas de Ruta con empresas especializadas en el área, como Black & Veatch, permite que, a medida que las compañías enfrentan este desafío, determinen y programen los pasos esenciales que pueden hacer que la creación de una estrategia de descarbonización ejecutable sea más fácil de lograr. “En resumen, aquellos que buscan descarbonizar deben ser lo suficientemente valientes como para adoptar nuevas tecnologías, lo suficientemente inteligentes como para saber cuándo pedir ayuda a expertos externos y lo suficientemente flexibles como para anticipar cambios de rumbo en el camino según sea necesario”, comenta Oscar Falcón.
Así, Black & Veatch ayuda a sus clientes a transitar desde los objetivos hasta la ejecución, con un enfoque cohesivo que incorpora consideraciones estratégicas, financieras y normativas junto con soluciones de tecnología, ingeniería y construcción.
“Los objetivos de sostenibilidad para 2050 pueden parecer lejanos, pero menos de tres décadas es poco tiempo para revolucionar la forma en que operan nuestras industrias. Desarrollar estrategias detalladas de descarbonización ahora será crucial para tomar medidas concretas en la dirección correcta, preparando a las empresas y las naciones para el éxito de la descarbonización a largo plazo”, finaliza.
Equipo Prensa
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