Jerson Reyes, Profesional encargado de Gestión del Conocimiento y Relaciones Institucionales del organismo, mostró los principales puntos de vista abordados en el Grupo de Trabajo de Cigre Chile sobre “Smart Grid Seguro”, entregando una mirada de largo plazo en este tipo de desarrollo.
En el marco del primer ciclo de charlas de CIGRE Chile, sobre “Smart Grid Seguro”, Jerson Reyes, Profesional de la Comisión Nacional de Energía (CNE), destacó los avances que registra el grupo de trabajo técnico en torno a esta temática, donde la digitalización y la trazabilidad de datos tienen un papel fundamental para el desarrollo a mediano plazo de las redes inteligentes en el sistema eléctrico.
El ejecutivo resaltó los principales puntos que se han abordado en esta instancia de CIGRE, precisando que llegar a conceptualizar el desafío, que implica el desarrollo de redes inteligentes es una tarea transversal, con participación y aporte de todos los actores de la industria, la academia y proveedores, considerando el actual escenario de expansión de las Energías Renovables Variables (ERV) en el país y una cada vez mayor volumen de recursos distribuidos, en un proceso que -afirmó- “tiene que ir acompañado de una transformación digital”.
Explicó que la digitalización plantea una oportunidad para generar datos, gestionarlos y administrarlos a fin de hacer un mejor uso de los recursos que actualmente existen.
“La digitalización a todos los niveles reconocidos en la cadena del sector eléctrico, significa avanzar aplicando inteligencia digital de manera Top-Down, de forma de ir transformando cada sector y actor participante en este, desde un rol y comportamiento pasivo a uno activo, tal que le permita interacciones dinámicas con otros en sus fronteras de acción. Y evitar así caer en la lógica de solo implementar soluciones que operen en islas, bajo tecnologías específicas aplicadas para resolver problemas particulares”, sostuvo Reyes.
A su juicio, la mirada de futuro para este tema apunta “a dar una total observabilidad y trazabilidad a la red eléctrica, donde cada nodo del sistema sea reflejado digitalmente, creando en cada caso un libro contable de toda interacción física y financiera que le vincule, es decir, una transcripción digital del flujo de electrones que resulta en transformar los datos desde Energía y Potencia en sus diferentes derivadas, a un flujo de datos con atributos que poseen un valor técnico y/o valor económico”, señaló.
Sobre el tipo de información que resulta de interés en una red inteligente planteó que “existen dos fuentes de datos de valor técnico y económico cuyo registro es de utilidad fácilmente reconocible. La primera podríamos asociarla a la contabilidad física de la infraestructura de la red y otra es la vinculada a la operación y el mercado, que es de corto plazo. Entonces, se podría postular el llevar libros contables diferenciados, que sean trazables y donde bien se podría también contabilizar las inyecciones y los retiros al nivel de granularidad que permita la inteligencia digital que vaya siendo incorporada”.
Respecto de potenciales beneficios de una red inteligente “Incluso, dado que cada punto puede ser trazable y observable, se podrían generar contratos que sean inteligentes, así como perfeccionar la cadena de pagos y bien, dependiendo del nivel de granularidad, crear elementos o nodos virtuales entre diferentes incumbentes del sistema, que bien podrían ser trazables financieramente. La observabilidad y trazabilidad de los flujos de energía y potencia, reflejados en flujos de datos, permitirían explorar esto”, añadió.
Perspectivas
Dentro de las principales conclusiones en su presentación, Reyes mencionó que avanzar a redes inteligentes hace sentido mientras exista la necesidad de encontrar un equilibrio entre “alcanzar la mejor eficiencia en el uso de los recursos de infraestructura de la red existente y otorgar los mayores beneficios posibles al cliente final, facilitando su tránsito voluntario de un estado pasivo a uno activo en la red”.
También planteó el potencial que tiene la tecnología Blockchain, a través del cual se transfieran los datos de la infraestructura física y de mercado, con redes de consenso que sean validades por los diferentes actores del ecosistema.
“A medida que se incremente la digitalización del sistema, se contará con mayor información disponible, en ventanas de tiempo cada vez menores. Esto permitirá el gestionar los beneficios de los recursos distribuidos, como electromovilidad, generación residencial, entre otros. Además de perfeccionar o bien crear nuevos servicios a la red, a diferentes niveles del sistema (servicios auxiliares, respuesta a la demanda, entre otros) que bien terminarán en beneficios plausibles al cliente final”, finalizó el ejecutivo.
Finalmente, y como parte del trabajo que realiza el grupo de trabajo CIGRE, extendió la invitación a las empresas a que puedan sumarse a una autoevaluación anónima, bajo el trabajo que realiza CIGRE, con el uso del modelo de madurez de SMart Grid (SGMM) de la Universidad Carnigie Melón y el DOE USA, que está a disposición, y que permite a las organizaciones, mediante una autoevaluación, medir en ocho dominios su nivel de madurez a nivel organizacional, procesos y gestión. Esto con el fin de tener un primer diagnóstico general de lo que a nivel de industria estamos observando como evolución hacia las redes inteligentes.
Equipo Prensa
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