A nivel local, según datos del Instituto Nacional de Estadísticas, INE, aproximadamente un 10% de los trabajadores en el país practican el teletrabajo. Según un informe de la misma OCDE, el teletrabajo permite el aumento de la productividad, promueve el bienestar familiar, calidad de vida y reduce la huella de carbono de las empresas.
Rodrigo Acevedo, gerente general Entersoft
Es sabido que en Chile la jornada laboral tiene más horas laborales que en el sistema de la OCDE y con un menor nivel de productividad. Por tanto, y sin mediar un análisis demasiado profundo, resulta clave avanzar en el recorrido que la pandemia obligó en términos de digitalización laboral para apoyar el crecimiento y la optimización de la productividad. No solo se trata, por ejemplo, de utilizar las mejores herramientas tecnológicas para apoyar el trabajo híbrido, sino que también de crear un ecosistema que lo valide.
La nueva realidad demanda, además, flexibilidad horaria, teletrabajo y reuniones efectivas. En ese contexto, el buen uso de las tecnologías de la información y comunicaciones es clave. En la actualidad, existen múltiples herramientas, sistemas y soluciones capaces de apoyar la gestión en las empresas, de manera remota y colaborativa.
Ciertamente, para algunos sectores el teletrabajo es un descubrimiento favorable y exitoso. Según un informe de la misma OCDE, el teletrabajo permite el aumento de la productividad, promueve el bienestar familiar, calidad de vida y reduce la huella de carbono de las empresas.
A nivel local, según datos del Instituto Nacional de Estadísticas, INE, aproximadamente un 10% de los trabajadores en el país practican el teletrabajo. Y si bien fomentar las relaciones cara a cara es relevante, el objetivo final debe orientarse a la búsqueda del equilibrio entre el trabajo remoto y el presencial. De esa manera, las empresas deben tomar medidas para mantener los beneficios del teletrabajo y ser lo suficientemente flexible y adaptable para impulsar la recuperación económica.
Equipo Prensa
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