• El sistema es construido con chatarra industrial por la empresa Be-Energy

 

  • Con un aerogenerador que capta la energía del viento a nueve metros de altura, el dispositivo combina ambas fuentes renovables, como mecanismo de respaldo para zonas donde la radiación es menor.

 

  • Su aporte se refleja especialmente en rubros como las salmoneras, que pueden minimizar su alto impacto ambiental y disminuir el uso de combustibles fósiles.

 

La empresa chilena Be-Energy, dedicada al desarrollo de soluciones móviles en base a energía solar para diversas industrias productivas del país, desarrolló un nuevo prototipo de sus torres fotovoltaicas construidas con chatarra industrial, enfocado en sectores productivos de la zona Sur del país.

 

Los ingenieros, que hasta ahora abastecían de energías limpias a campamentos mineros en la zona norte, idearon un dispositivo que funciona con un mix de dos fuentes renovables: la solar y la eólica, que contribuye a minimizar el uso de combustibles fósiles en actividades económicas de alto impacto ambiental, principalmente el diésel, en zonas de menor radiación solar.

 

El objetivo de los desarrolladores chilenos es que la torre eólica-fotovoltaica pueda ser utilizada por industrias tradicionales del sur del país, entre ellas las salmoneras.

 

Durante sus primeros meses de operación, entre 2020 y 2021, Be-Energy logró reciclar 220 kilos de fierro en buen estado desde cementerios industriales de operaciones mineras, previniendo la emisión de 165 toneladas de monóxido de carbono (Co2) a la atmósfera. En total, los ingenieros chilenos recuperaron más de 1.700 kilos de chatarra industrial en buen estado para construir sus primeras diez torres.

 

Ahora, el desafío de la expansión apunta a fortalecer su presencia en el mercado local. El foco estará puesto en las principales actividades económicas de la zona sur.

 

“Una de las industrias de nuestro interés son las salmoneras, donde utilizan generación a diésel porque no pueden perder su continuidad operativa. Con esta solución, y con la energía eólica como respaldo, podríamos suplir este requerimiento y que su producción no se vea mermada”, expuso Matías Vega.

 

Desde la empresa creen que incluso con el “mix” energético podrían alcanzar una mayor eficiencia en la generación, dado que el aerogenerador tiene la capacidad de captar energía durante las 24 horas del día. Para ello, las hélices funcionan en la parte alta de la torre, a nueve metros de altura, donde la fuerza del viento es mucho mayor que a nivel del suelo.

 

El proceso de recuperación de los desechos industriales considera varias etapas. Comienza con una revisión detallada de las maquinarias para retirar todo lo que pueda tener utilidad. Tras clasificar los múltiples componentes extraídos, el fierro es limpiado en profundidad para luego comenzar a montarlo junto a las piezas del circuito fotovoltaico. Finalmente, la estructura se galvaniza, se pinta y se le instalan los accesorios de seguridad.

 

Para el gerente comercial de Be-Energy, “hoy es posible combinar distintas fuentes energéticas para aprovechar el potencial natural de generación de distintas zonas del país. El sistema funciona de manera eficiente y segura, que es posible utilizar innovaciones sustentables y adaptar lo que hoy observamos como una brecha en una oportunidad para las nuevas tecnologías”.

 

La futura innovación de Be-Energy será piloteada en los próximos meses en Puerto Varas, como parte de las operaciones de la empresa constructora Beka.

 

Matías Vega, fundador y gerente comercial de la firma, explicó que los equipos solares no alcanzan a tener una autonomía a tiempo completo por una disponibilidad de sol más baja. En la búsqueda de alternativas para un sistema de respaldo, encontraron un aerogenerador que captura viento para comenzar a generar energía.

 

“Es un sistema de respaldo 24/7”, afirmó el ejecutivo. “Lo que en las mineras del norte funciona íntegramente con energía solar, en el sur lo hará con un mix de energías: fotovoltaica y eólica. La idea es testear la solución en el sur y evaluar factores como la mayor cantidad de sombra o la calidad del viento. En terreno van surgiendo distintas variables a observar”, agrega el experto.

 

La estructura de las torres es “exactamente la misma” en uno y otro modelo, exponen desde la compañía. De hecho, si bien el prototipo está fabricado con componentes nuevos, incluido el aerogenerador, el mástil y el soporte en el que van ubicadas las distintas piezas del sistema (focos y paneles, por ejemplo) seguirán siendo construidas con maquinarias en desuso.

 

Las plataformas consiguen evitar el uso de hasta 173 litros de petróleo al año, equivalente a $10 millones por cada torre. A su vez, el sistema, a diferencia de los que funcionan con combustibles fósiles, tiene una vida útil tres veces más extensa, por lo cual su estructura tiene garantía de por vida, con componentes y circuitos garantizados por entre 5 y 15 años.

 

 

 

 

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