La Tenacibaculosis es una enfermedad ulcerosa causada originalmente por la bacteria Tenacibaculum maritimum y que provoca una alta mortalidades en diversas especies de peces marinos cultivados en todo el mundo. De hecho, en los últimos cinco años ha aumentado hasta convertirse en una de las infecciones bacterianas más devastadoras para la industria acuícola en diferentes regiones geográficas, no eximiéndose Chile.
Al resurgimiento abrupto de la tenacibaculosis causada por T. maritimum se suma la aparición de nuevas especies patógenas de Tenacibaculum, como T. dicentrarchi y T. finnmarkense lo que actualmente pone en riesgo a la industria salmonicultora de Chile, Noruega y Canada.
Teniendo en cuenta la disponibilidad más amplia de estudios científicos sobre T. maritimum en los últimos 15 años, un equipo de investigadores de Egipto, Arabia Saudita, Tailandia y Chile, realizaron una revisión exhaustiva sobre el estado y los avances de esta bacteria desde 2006 a la fecha. Ello considerando que la revisión anterior de Avendaño-Herrera y colegas españoles contienen los hallazgos publicados desde 1978.
La revisión titulada “Tenacibaculosis caused by Tenacibaculum maritimum: Updated knowledge of this marine bacterial fish pathogen” (“Tenacibaculosis causada por Tenacibaculum maritimum: Actualización del conocimiento sobre este patógeno bacteriano marino de peces”) y que tiene como autores a Mahmoud Mabrok, Abdelazeem M. Algammal, Elayaraja Sivaramasamy, Helal F. Hetta, Banan Atwah, Saad Alghamdi, Aml Fawzy, Channarong Rodkhum y al autor de correspondencia e Investigador Principal del Centro Interdisciplinario para la Investigación Acuícola, INCAR, Dr. Ruben Avendaño-Herrera, enfatiza aspectos esenciales, incluyendo antecedentes sobre la caracterización antigénica y genómica y procedimientos de diagnóstico molecular para los aislados de T. maritimum. Además, esta revisión profundiza y actualiza los fundamentos epidemiológicos sobre la estructura de la población del patógeno y aclara la existencia de los mecanismos de virulencia de los aislados, utilizando una mirada biológica, microbiológica y genómica.
Los autores denotan que el estado taxonómico de esta bacteria es claro, existiendo consenso con respecto a la existencia de diversidad intraespecífica y la disponibilidad de herramientas de diagnóstico específicas y sensibles (es decir, PCR, sondas moleculares en ensayos PCR-ELISA, RT-PCR-EHA y MALDI-TOF, etc.) que pueden ser aplicables a distintas matrices, incluyendo peces aparentemente sanos.
Los investigadores también destacan que el avance en la secuenciación del genoma allanó el camino para el desarrollo de métodos invaluables para el seguimiento genético (e.g., MLSA) y de serotipos (e.g., mPCR) de los aislados de T. maritimum. “Ambas herramientas son útiles para crear nuevas vacunas específicas para prevenir la tenacibaculosis”, señalan los científicos.
Aunque la investigación tha avanzado en el conocimiento de la respuesta inmune de los peces contra T. maritimum, aún queda mucho por explorar. “Es probable que esta situación se sustente a que los antibióticos siguen siendo la medida más utilizada para controlar a T. maritimum. Sin embargo, existe una necesidad urgente de establecer medidas sanitarias como mejores prácticas de cultivo, desarrollar nuevas vacunas o incluso autovacunas. De hecho, en los países distintos de Europa se están buscando otras medidas de control alternativas al uso de los antibióticos, que potencialmente incluyen medicamentos a base de hierbas, fagos o probióticos”, explican los expertos.
Otros avances significativos incluyen los relacionados con la replicación de enfermedades en condiciones de laboratorio, específicamente a través de la inmersión de peces con el patógeno, simulando así las condiciones naturales. Este resultado es muy relevante para los estudios para desarrollar nuevos productos de control y prevención.
“Desafortunadamente, sigue faltando conocimiento sobre los reservorios de esta bacteria y los factores de riesgo que influyen en la aparición de este grupo de bacterias. Particularmente poco claro es el conocimiento sobre la influencia de los factores ambientales como la temperatura del agua de mar y salinidad, entre otros. Razón por la que nos encontramos realizando distintos estudios de este tipo, considerando el contexto de aumento de las temperaturas a nivel mundial debido al cambio climático”, explica el Académico de la Universidad Andrés Bello, Dr. Avendaño-Herrera, quien lideró la escritura de esta revisión.
Otro punto relevante que destaca el Dr. Avendaño-Herrera es la necesidad de más investigación para determinar por qué T. maritimum y otras especies de Tenacibaculum generalmente se consideran patógenos oportunistas y no primario. De hecho, esta situación cobra particular relevancia cuando se considera que algunos aislados de Tenacibaculum spp. poseen un arsenal de virulencia mayor que otros aislados, debido específicamente a la diversidad dentro de este género bacteriano.
“En consecuencia, debemos estar abiertos a comprender que los peces se crían de forma intensiva y que las infecciones bacterianas no están restringidas y son específicas de un solo microorganismo. Más bien, ocurren coinfecciones, ya sea con diferentes bacterias o, en muchos casos, con la misma especie bacteriana pero de diferentes genotipos/serotipos. Por lo tanto, la presencia de T. maritimum u otras especies de Tenacibaculum en el medio acuático puede ser un factor en la salud de los peces de cultivo, independientemente de que el patógeno sea primario, secundario o, simplemente, un microorganismo coexistente” denota el Dr. Avendaño-Herrera. “Así, la investigación futura debe centrarse en resolver las preguntas pendientes que plantea nuestra revisión”, concluyen los investigadores.
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Equipo Prensa
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