• Tras concluir los diálogos tributarios con distintos actores, el abogado Pablo Bravo de la firma Apparcel Uriarte recomienda sopesar esta instancia con tiempo y presentar un proyecto mejorado de Reforma Tributaria en 2024. “Es importante también contar con información sobre el gasto público y que sea lo más eficiente posible”, agrega.

Hace unas semanas, la Cámara de Diputados le cerró la puerta a conversar la Reforma Tributaria al ministro de Hacienda Mario Marcel. Tras ello, el Gobierno convocó a expertos de diversos sectores, con el objeto de recoger diversas opiniones del proceso en aras del nuevo “pacto tributario y fiscal”. Las conclusiones se recogieron en un documento oficial del gobierno sobre Diálogos Tributarios que delineó 12 puntos, mostrando que, en términos generales, hay muchos puntos en que no hay un acuerdo absoluto que permita insistir este año en la misma Reforma.

Para Pablo Bravo, especialista en impuestos y socio de la firma Apparcel Uriarte (www.apparcel.cl), “esta instancia de diálogos es fundamental, ya que, si bien generó conclusiones no vinculantes, es muy informativo. Ya hubo diálogos anteriores a la presentación de la Reforma, pero, en su oportunidad, no se tomó el tiempo suficiente para procesar esos diálogos. Ahora apenas se rechazó el proyecto se llamó a los diferentes actores a estos nuevos diálogos, lo cual es muestra de una buena señal”.

Bravo complementa señalando que “la propuesta de Reforma se presentó tres semanas después de finalizados los diálogos ciudadanos del año pasado, lo que se cuestionó porque es difícil que en tres semanas se procesara todo esto. Yo pienso que hoy día van a tener que tomarse un tiempo para poder digerir lo que hablaron en los diálogos que acaban de terminar, el gobierno tiene que sopesar lo que acaba de hacer desde el punto de vista de legitimidad democrática, porque además no hay mucho acuerdo, que es lo que se esperaba”.

Si bien el Gobierno tiene dos alternativas -insistir con el mismo proyecto en el Senado o esperar hasta el año 2024 -, el especialista de Apparcel Uriarte Abogados comenta que “la primera opción probablemente no sea viable, es un proyecto que no pasó la prueba de la blancura, hay que modificarlo, moderar las expectativas y en el Senado así como está no se lograría los 2/3 para aprobarlo. Hay temas como el impuesto al patrimonio, que es difícil fiscalizarlo, difícil medirlo, junto con otros temas, como el impuesto a las utilidades acumuladas, que simplemente no tuvieron el apoyo suficiente”.

Por otra parte, Pablo Bravo afirma que “en estos últimos 12 años Chile ha pasado por lo menos por seis reformas tributarias. Entonces, es probable que en un par de años más, en un cambio de gobierno haya otro proyecto de reforma tributaria, que es justamente lo que no queremos que pase. Entonces eso es un desgaste para la ciudadanía y conlleva un costo económico enorme. Lo que se debe hacer es no empujar el carro de la reforma a la fuerza, se debe hacer con calma, porque hacer las cosas rápidas costará que vuelva a haber una “reforma de la reforma” (que pasó en el año 2014, en el segundo gobierno de Michelle Bachelet). La idea es que no haya otra reforma tributaria más en mucho tiempo. El Gobierno tiene una oportunidad de dar estabilidad tributaria de por lo menos 10 años. Cambiar las normas de manera tan drástica implica un gasto macroeconómico difícil de recuperar”.

Por último, Bravo comenta que “en la Reforma Tributaria, una parte de la ecuación es el ingreso, pero también está el gasto del Estado. ¿Cuánto queremos que gaste el Estado? ¿Queremos que el Estado gaste mucho? Entonces, es algo que hay que poner sobre la mesa, cómo controlamos el gasto del Estado, el uso eficiente de los recursos. Entonces, es importante también contar con información sobre el gasto público y que sea lo más eficiente posible”.

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