El impulso desde la alta dirección, el cambio cultural, la experiencia de los clientes, la elección de la metodología a aplicar son claves para el proceso, y así obtener ventajas en la eficiencia operativa, la automatización y optimización de procesos, o la toma de decisiones basada en datos, entre otras.
En la actual era digital, la transformación de las organizaciones es inevitable. Para que la implementación de la transformación digital sea exitosa se requiere un cambio de mentalidad a nivel de la organización y a nivel estratégico, por lo que resulta necesario considerar algunos factores.
Uno de ellos es el impulso desde la alta dirección. “Sin el compromiso de los líderes de la organización, la transformación digital puede quedarse en una mera iniciativa sin cambios significativos en el funcionamiento de la organización”, señala el académico del Departamento de Control de Gestión y Sistemas de Información (DCS) de la FEN U. de Chile Gustavo Zurita, en el artículo del Boletín N° 12 Lab en Crecimiento y Competitividad, que publica la misma institución y fue relanzado el pasado 18 de julio.
Otro factor se asocia al cambio cultural y de procesos de negocio de la organización, en cuyo caso estas podrían requerir de la adopción de metodologías ágiles, que enfatizan la colaboración, la iteración rápida y la adaptabilidad a los cambios. Junto a ello, la organización debe ser capaz de manejar estos cambios, por lo que cobra protagonismo el área de Gestión del Cambio, para brindar apoyo a los empleados.
La experiencia del cliente también es un elemento en que debe centrarse la organización. “La transformación digital debe ser impulsada por las necesidades y expectativas de los clientes, y las organizaciones deben estar dispuestas a adaptar sus productos y servicios para satisfacer estas necesidades”, asegura Zurita.
Implementar este proceso también requiere rediseñar las operaciones, estrategias y estructuras de la organización. Para ello, las organizaciones pueden utilizar diversas metodologías, cuya elección depende del contexto de la organización.
Entre ellas se encuentran Lean, que permite eliminar procesos obsoletos o ineficientes, y optimizar flujos de trabajo; Design Thinking, la cual ayuda a entender cómo los clientes interactúan con los productos y servicios digitales de una organización, e identificar oportunidades de mejora; Agile, que permite responder rápidamente a los cambios en las necesidades del cliente y del mercado; DevOps, que pone énfasis en la colaboración entre los equipos de desarrollo y operaciones, ayudando a desarrollar y desplegar software más de manera más rápida y mayor calidad; y Scrum, que es un marco de trabajo para implementar la metodología Agile que se utiliza en proyectos de desarrollo de software.
“Estas metodologías no son excluyentes entre sí, y a menudo se utilizan en conjunto para apoyar la transformación digital. Por ejemplo, una organización puede utilizar Agile y Scrum para el desarrollo de software, Lean para optimizar los procesos, y Design Thinking para entender las necesidades del usuario”, señala Zurita.
Ventajas de la transformación digital
“A nivel global, la transformación digital ha tenido un impacto significativo en la economía. En 2021, el gasto mundial en transformación digital alcanzó USD 1.59 trillones, un aumento de más del 20%, respecto al año anterior”, señala el artículo Transformación Digital: Su impacto en el valor agregado, elaborado por Zurita en coautoría con el académico del DCS Christian Cancino, y que fue publicado en el mismo Boletín.
Según Zurita, las ventajas de la transformación digital en el crecimiento y productividad son la mejora de la eficiencia operativa, debido a que las tareas manuales son automatizadas, mediante el uso de tecnologías digitales; experiencia mejorada del cliente; gracias al uso de tecnologías como la inteligencia artificial, análisis de datos, para ofrecer experiencias más personalizadas; comercio electrónico y omnicanalidad, permiten comprar productos a través de múltiples canales, como tiendas en línea, aplicaciones móviles y tiendas físicas, creando una experiencia de compra fluida y coherente; automatización y optimización de procesos, que puede incluir el uso de robots y sistemas de inteligencia artificial para el inventario y la gestión de pedidos, la optimización de la cadena de suministro y la logística, y la implementación de sistemas de pago sin contacto, entre otros; y la toma de decisiones basada en datos; cuya información sirve para tomar decisiones informadas sobre estrategias de precios, gestión de inventario, segmentación de clientes, personalización de productos, entre otros.
Otras ventajas se asocian con la colaboración con startups y empresas tecnológicas; que puede incluir asociaciones para el desarrollo de soluciones tecnológicas personalizadas, adquisiciones de empresas emergentes con tecnologías relevantes y la implementación de programas de aceleración e incubación el fomento de la innovación interna; innovación y nuevas oportunidades de negocio, al permitir a las empresas innovar y ofrecer nuevos productos y servicios; cultura y mentalidad digital, para hacerse más ágiles, adaptativas y centradas en el cliente; colaboración mejorada, para que los equipos trabajen de manera más eficiente e innoven rápidamente; y resiliencia ante las disrupciones.
“Cada industria y empresa tiene sus propias características y desafíos en la transformación digital. Es necesario realizar un análisis exhaustivo de la situación específica de cada empresa y definir una estrategia adaptada a sus necesidades y objetivos, y ver cómo estas pueden contribuir a su crecimiento y competitividad en el mercado en que se desenvuelve”, destaca Zurita.
Equipo Prensa
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