La consultora abordó con WEC y Enel sobre este proceso crucial para la descarbonización de la matriz de energía, donde se necesita potenciar la línea de transmisión, capacidad de almacenamiento y otros asuntos.
EY organizó el webcast “Transición energética: ¿cuáles son las prioridades en la agenda?”, donde se reflexionó sobre el camino que está recorriendo Chile para convertirse en cero neto junto con la gran cantidad de obstáculos y decisiones que se deben tomar. La actividad comenzó con la presentación de la última versión del estudio global “Índice Atractivo País para Energías Renovables” (RECAI) de la consultora y auditora, donde Chile es número 1 en la región (14° a nivel mundial) y tercero en el continente detrás de EE. UU. (1°) y Canadá (12°).
Trinidad Castro, directora ejecutiva del World Energy Council (WEC) Chile, realizó un análisis sobre la transición energética en el país, la que bajo su punto de vista necesita acuerdos a nivel de regulación, infraestructura y tecnología. “Tenemos múltiples desafíos en el ámbito regulatorio y de vertimiento de energía, porque no hay capacidad de almacenamiento en los sistemas que tenemos hoy. No obstante, a raíz de todo el trabajo que ha realizado Chile en materia de energías verdes, Chile se ha convertido en un actor clave en la transición energética a nivel mundial, que es capaz de suplir la demanda interna y contar con la capacidad para exportar estos recursos que tienen valores altos internacionalmente, ya que otras naciones no los pueden producir y por las exigencias que existen producto de la emergencia climática”, comentó.
Continuando con los retos del país, Montserrat Palomar, gerente de Sostenibilidad y Relacionamiento Comunitario en Enel Chile, entregó su perspectiva desde la generación y distribución de electricidad. “En la actualidad se necesita una red de distribución más resiliente. No puede haber transición energética justa y eficiente si es que la red que distribuye la energía de hoy no es capaz de anticiparse y tener la robustez para cumplir con la demanda que aumentará a futuro a nivel de transporte, calefacción, aire acondicionado, etc. Esto debido a que las personas tienen una vida mucho más digital y generan un mayor consumo energético. De igual forma, se deben sostener diálogos con los clientes para estar al tanto de cómo cambian sus necesidades y cómo nos adaptamos para satisfacerlas a través de una oferta integrada y moderna”, apuntó.
Por otra parte, Darío Romero, socio de Estrategia y Transacciones de EY, abordó la legislación que se busca implementar en el país para solucionar los retos que existen en la transición. “En el proyecto de ley se está planteando licitar grandes proyectos públicos de almacenamiento que vendrían a resolver los problemas de vertimiento de energías renovables, no obstante, considero que estos podrían ser más lentos en su ingreso y conexión a la red. En cambio, si estas iniciativas están en manos de privados, estos deberían entrar más rápido al sistema. El gobierno tiene un enfoque más público en este sentido, por lo que esperamos que en la discusión técnica se pueda acordar la mejor forma que no conlleve alza de tarifas para los consumidores”, enfatizó.
Otro gran obstáculo que tiene el sistema es la excesiva cantidad de trámites que existen para desarrollar proyectos de energía o almacenamiento, al respecto de esta materia Pamela Méndez, socia líder de Servicios de Sostenibilidad de EY, destacó que “hoy se busca disminuir en un 30% los trámites de la “permisología” ambiental, lo que conllevaría rebajar la incerteza jurídica permitiendo que proyectos que están el sistema de evaluación ambiental puedan ver la luz. Esto viene de la mano del uso de digitalización de permisos sectoriales más críticos, tramitación electrónica, ventanilla única de los procesos e interoperabilidad. Además, se sugiere realizar diálogos más tempranos con las comunidades que podrían ser impactadas y así adelantarse a las preocupaciones de las personas generando oportunidades de desarrollo y ganando tiempo”.
Se generó consenso entre los expositores que el trabajo entre el Estado, el mundo científico, academia, sociedad civil y el sector productivo es fundamental para llevar a cabo estas transformaciones que permitirán que el país sea carbono neutral en 2050, cuente con una matriz cada vez menos dependiente de combustibles fósiles y pueda ir más allá siendo una potencia mundial y referente en la producción de energías renovables no convencionales.
Equipo Prensa
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