Por Felipe Quinteros, CEO International Line
El 2023 se termina y es momento de hacer balances. Sin duda, fue un año de recuperación y adaptación para la industria logística en Chile. Tras los desafíos presentados por la pandemia, vimos una mejora significativa en la eficiencia operativa y en la adaptación a nuevas tecnologías. La digitalización y la automatización, ciertamente, han sido cruciales.
Este año, además, subrayó la importancia de la resiliencia y la flexibilidad en las cadenas de suministro. La capacidad de adaptarse rápidamente a cambios inesperados en el mercado global y local ha sido un aprendizaje clave. A esto se suman la sostenibilidad y la logística verde como temas que toman más protagonismo y requieren mayor atención.
Por otra parte, es importante considerar que Chile se ha destacado en la región por su infraestructura logística avanzada y su estabilidad política y económica, lo que favorece un entorno empresarial más seguro para la inversión en logística.
Esta posición se debe a varios factores, incluyendo inversiones significativas en infraestructura portuaria y de transporte, un marco regulatorio sólido y una estratégica ubicación geográfica que facilita el comercio tanto con Asia como con América del Norte y Europa.
La posición de Chile en el contexto latinoamericano sigue siendo fuerte, debido a su infraestructura avanzada y estabilidad, aunque enfrenta desafíos comunes en la región en cuanto a integración tecnológica y adaptación a regulaciones ambientales.
Por lo mismo, para 2024, se espera un mayor enfoque en la sostenibilidad, con inversiones en soluciones de transporte más ecológicas; también en la optimización de rutas para reducir la huella de carbono. La digitalización seguirá siendo una tendencia dominante, con un uso creciente de tecnologías como la inteligencia artificial y el blockchain para mejorar la transparencia y la eficiencia.
En ese contexto, los desafíos de los centros logísticos apuntan a la integración de nuevas tecnologías y la necesidad de mantenerse al día con las regulaciones ambientales cambiantes. En tanto, la gestión de la cadena de suministro en un escenario de incertidumbre económica global requerirá una planificación y adaptación estratégicas.
En resumen, el 2023 ha sido un año de importantes aprendizajes y adaptaciones para la industria logística en Chile; y el 2024 se perfila como un año de consolidación de tendencias hacia la sostenibilidad, digitalización y eficiencia operativa.
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