A pesar de ser el país con mejores resultados en Latinoamérica, Chile experimentó un claro retroceso en la última prueba PISA. Lo que deja en evidencia tanto para el sistema educativo chileno como en el resto del mundo, es que primero hay que empezar por poner los cimientos más sólidos en educación básica, lo que hasta ahora se ha observado solo en los países asiáticos.
Si tenemos cada vez más niños con confianza en las matemáticas en la primera etapa de la educación, los habrá luego con más seguridad en la media y tendremos más alumnos en áreas de tecnología e ingeniería. Está claro que ninguna de las reformas educativas lo está consiguiendo.
Dentro de los factores que están influyendo en esta realidad, está el de mejorar la formación del profesorado, junto con atender a mejores prácticas de la didáctica de las matemáticas, evaluaciones externas, mejorar la disciplina en la clase y dar más autonomía a los establecimientos para que sean los que elijan a sus equipos y profesores y tengan equipos estables.
Respecto a la PAES, no podemos quedar ajenos al hecho de que de los 100 colegios con mejores puntajes, 97 son pagados, solo dos son públicos y uno es subvencionado, mientras que el 72% de los puntajes máximos corresponde a los colegios pagados. Esto habla de que solo los establecimientos con más recursos pueden conseguir puntajes más altos, pero ¿pueden optar a estos colegios la mayoría de los estudiantes en el país? Sabemos que no y que esto solo aumenta la diferencia de oportunidades en educación.
De acuerdo al estudio “Barómetro de la educación 2023”, realizado por la plataforma Smartick, 8 de cada 10 familias demandan un trato más directo con los profesores, que les permita realizar un seguimiento continuo del aprendizaje de sus hijos y decidir, conjuntamente con los profesores, si conviene buscar soluciones fuera del colegio, como son los métodos extraescolares. De hecho, el 60% reconoce que acude a estos procedimientos para que sus hijos dominen las matemáticas.
Ante la pregunta: ¿cómo pueden las familias ayudar a sus hijos a mejorar en esta disciplina?, el 51% de los progenitores responde que la mejor opción son los métodos educativos fuera de las salas. Por lo que una de las mejoras podría ser la integración de la IA en las aulas, uso de plataformas online educativas, enfoque en habilidades y formación de los docentes en el uso efectivo de la tecnología y herramientas educativas innovadoras. Entonces, ¿por qué le tememos a la tecnología si puede contribuir a una mejor educación y futuro de los niños y adolescentes?
Equipo Prensa
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