Por Karien Volker, subgerenta de Economía Circular de Fundación Chile
A nivel internacional existe consenso respecto de la triple crisis planetaria que hoy enfrentamos derivada del cambio climático, la pérdida de la biodiversidad y también de la contaminación.
La mayoría de las veces, al referirse a las soluciones climáticas, se piensa en la transición energética para poder mitigar el cambio climático. Si bien esto es vital, hay que resaltar que el 45 % las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) provienen de cómo diseñamos, fabricamos y utilizamos productos y servicios, según el documento de la Ellen MacArthur Foundation, “Completando la imagen: Cómo la economía circular ayuda a afrontar el cambio climático”.
Es clave que impulsemos la economía circular como una solución climática. Sin embargo, de acuerdo al último estudio de The Circularity GAP Report 2023, sólo un 7,2% de la economía global es circular. La situación mundial empeora año tras año, impulsada por la creciente extracción y uso excesivo de materiales, lo que significa que más del 90% de estos se desperdician y no se reutilizan.
La economía circular se basa en tres principios: eliminar los residuos y la contaminación desde el diseño, mantener productos y materiales en uso, y regenerar sistemas naturales.
En esta oportunidad me centraré en el segundo principio, que es el de mantener productos y materiales en uso, específicamente los envases reutilizables. Esta solución no solo ha estado despertando un gran interés en la industria y las instituciones públicas, sino que, además, ha demostrado ser una de las formas más efectivas de reducir tanto los residuos como las emisiones de los GEI.
De acuerdo al último estudio sobre envases retornables desarrollado por la Fundación Ellen Mac Arthur, “Desbloquear la revolución en el reúso”, solo el uso de envases reutilizables podría reducir un 20% el plástico que se vierte anualmente en el océano de aquí al 2040.
Los envases plásticos retornables tienen el potencial de lograr beneficios medioambientales significativos en comparación con los de un solo uso: reducen las emisiones de GEI y el consumo de agua hasta en un 70% y el uso de materiales hasta en un 75%. Además, aminoran hasta en un 90% en generación de residuos.
En Chile, a través del Pacto Chileno de los Plásticos, se ha estado trabajando en impulsar los modelos de reúso para lo cual se ha fortalecido el marco normativo, se ha fomentado la educación y la difusión de mayor información en conjunto con sus instituciones socias.
Actualmente existen en Chile compañías como Coca-Cola que comercializan ciertos productos en envases retornables. Cabe mencionar que en el país, aproximadamente el 30% de las bebidas vendidas son retornables, lo que convierte al país en líder de la región y segundo a nivel mundial después de Alemania. Asimismo, hay otras empresas que basan su modelo de negocios 100% en la reutilización, como es el caso de Algramo y Ecocarga.
Desde el Pacto Chileno de los Plásticos se trabaja apoyando a los miembros, así como a la industria nacional para avanzar en modelos de reúso y envases y embalajes reutilizables. En el marco de este propósito, uno de nuestros grupos de trabajo es sobre reúso, y en éste se definen e implementan medidas que se articulan con diferentes actores y entidades nacionales e internacionales para generar avances. Por ejemplo, hemos estado colaborando con el Ministerio de Medio Ambiente para definir cómo avanzar en brechas regulatorias que son competencias de otros ministerios, además de proporcionar insumos e información necesaria para evidenciar barreras existentes y mostrar ejemplos como los que están abordando otros países.
Fuera de lo anterior, participamos activamente en iniciativas internacionales que permiten el intercambio de conocimiento en materia de reúso, como Reuse Standard Panel, WRAP Circularity and Climate Champions Network (WRAP 3C Network), Reuse Portal del World Economic Forum (WEF), entre otras.
Si bien los avances son alentadores, el desafío de la correcta implementación de los modelos de reutilización no deja de ser desafiante, ya que requiere la acción colectiva de empresas, de formuladores de políticas públicas y de la ciudadanía.
Equipo Prensa
Portal Innova