Gonzalo Delacámara, Director del Centro para Agua y Cambio Climático de la IE University y expositor en el próximo Congreso ACADES “Nuevas fuentes de agua para Chile”, analizó el escenario hídrico que enfrenta el país, donde señaló la importancia de aprender de las buenas prácticas de otras naciones que se han enfrentado anteriormente a este mismo desafío.
Gonzalo Delacámara es un economista español, Director del Center of Water & Climate Adaptation en IE University, experto en el análisis de los beneficios de la desalación en su contribución a la seguridad hídrica y la adaptación al cambio climático. Con más de 25 años de experiencia, trabajando en más de 80 países, Delacámara se ha especializado en la gestión económica de los recursos naturales como el agua, clima, energía, contaminación atmosférica, océanos, etc.
El experto, que será parte del plenario “Reúso y desalación sustentable” en el encuentro que se realizará los días 20 y 21 de marzo en el Hotel Mandarín Oriental, mencionó la importancia de mirar el escenario a nivel global, tomando como referencia las experiencias y buenos modelos de regulaciones que permitido avanzar en la gestión de sequías y de escasez de agua en general.
“No en todas las regiones se han superado los desafíos, pero hay experiencias muy relevantes en la gestión de cuencas, como en Francia o España, buenos modelos de regulación económica de los servicios sanitarios en Inglaterra, Gales, Escocia e incluso Portugal, la reutilización de aguas residuales regeneradas en Singapur, entre otros”, mencionó Delacámara. Además, sostuvo que “si bien, la gestión del agua en las cuencas chilenas admite reformas y le queda camino por recorrer, su modelo de regulación económica de servicios sanitarios es el más sólido de toda América Latina”.
El académico enfatizó sobre la necesidad de priorizar la adaptación al cambio climático, en cuanto a la destinación de los recursos. “Chile es un país altamente vulnerable al cambio climático. No es un juicio de valor; hay evidencia. Si la mitigación de éste demanda una transición energética, la adaptación requiere una transición equivalente en la gestión de los recursos hídricos y de las actividades en el territorio que generan presiones sobre los mismos”. Recalcó que el cambio climático genera numerosos impactos y aumenta algunos fenómenos naturales que ya existían previamente, como olas de calor, inundaciones o sequías, entre otros, por lo que hay que pensar que, ahora, “estos eventos climáticos extremos no son excluyentes y, de hecho, en Chile ya se han vivido en un mismo año en el mismo lugar”.
En cuanto a los desafíos de gestión del agua en América Latina, Delacámara relató que aún hay una respuesta “tímida y tardía”. “Los modelos de gestión tienden a estar orientados a la remediación de impactos. Somos virtuosos en la gestión de crisis, en el mejor de los casos, pero hay margen para avanzar en la gestión de riesgos y oportunidades”.
En relación con el escenario a futuro, el experto mencionó que es “altamente previsible o, cuando menos verosímil, que aumente la conflictividad entre usuarios”. Explicó que gestionar agua significa gestionar riesgos y que es importante mantener un debate público constructivo y basado en evidencia a la hora de hablar de asignación o reasignación de agua entre la población. “La relación entre sanitarias y regantes y otros usuarios es uno de los elementos centrales para avanzar de modo eficiente, equitativo y sostenible. A fin de cuentas, los pactos sobre el agua no son en última instancia entre partidos políticos representados en el poder legislativo, sino entre usuarios en el marco de una regulación que defienda el interés general”.
El desafío de hoy en Chile, según Delacámara, “ya no es tanto proporcionar servicios de agua potable y saneamiento, con la excepción de ese más de un millón y medio de ciudadanos en zonas rurales de Chile que no tienen el servicio bien resuelto, sino garantizar la seguridad hídrica a medio y largo plazo en un contexto de adaptación climática, algo que no puede hacerse sin avanzar en la eficiencia en el uso de agua y en la diversificación de las fuentes de oferta: reúso de aguas regeneradas y desalación de agua salobre y agua de mar”.
Según el experto, el próximo congreso ACADES “es una oportunidad para la interacción entre actores de gobierno, sector privado y la sociedad civil, lo que proporciona la interacción entre todos y la necesaria mirada transdisciplinar para abordar la complejidad y la incertidumbre asociada a la falta de seguridad hídrica”.
Equipo Prensa
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