Icónico unicornio chileno. Servicio de alta calidad y personalizado. Equipo trabajando para un propósito. Eso y más era Cornershop para una comunidad de usuarios que quedaron frustrados después de su fusión con el gigante mundial Uber. En una reciente entrevista, un alto ejecutivo de Uber explica que esta es la “historia de todas las startups”, que para crecer deben perder su magia.

Pero no necesariamente. Vale la pena preguntarse ¿Queremos que las nuevas startups de nuestro país tengan un único camino para el crecimiento o apostamos por una forma alternativa? La posibilidad de generar ganancias que sirvan realmente al propósito de la empresa, sin transar su identidad y sus valores. Esa es la propuesta de la propiedad responsable o steward-ownership.

Hasta ahora el modelo de una empresa tradicional traspasa la propiedad a través de la compra y venta o de la herencia familiar. Esto implica que el primero vende el poder de decisión a quien le pague más y el segundo, lo hereda a sus familiares. Este nuevo modelo propone una alternativa fuera de lo convencional. No se trata de una fundación, ni una cooperativa, sino de propiedad responsable.

Existen diversas figuras legales para poder implementarlo, pero en resumen se basa en dos principios:  autodeterminación y foco en el propósito. El primero se refiere a separar los derechos de voto de los derechos de ganancias, segmentando la propiedad en distintas clases de acciones. Es decir, existen inversionistas que reciben dividendos por su porcentaje de propiedad, y otros propietarios que tienen el poder de voto sobre la gestión de la empresa. Así, quienes tienen el control, lo ejercen con habilidades y conocimiento del negocio, para mantenerse alineados al propósito en el largo plazo: son custodios de la empresa (stewards en inglés) y no dueños ausentes o lejanos.

Este modelo de propiedad ya está consolidado en otros países más desarrollados y muestra su efectividad. Por ejemplo, en Dinamarca, las empresas convencionales tienen una probabilidad de sobrevivencia a 40 años de 10%, en cambio las empresas de propiedad responsable la elevan a un 60% en el mismo periodo, de acuerdo a las cifras publicadas por el Instituto Europeo de Gobernanza Corporativa.

Al cambiar el paradigma de traspaso de propiedad basado en “dinero” o “sangre”, la propiedad responsable aporta a una sociedad más equitativa y descentralizada, con menos incentivos para acumular riqueza o tomar decisiones basadas simplemente en un impacto económico, omitiendo otros factores sociales y ambientales.

Las empresas son más que un simple objeto que se vende, se divide o se destruye. Cumplen un rol estratégico en la sociedad y son un pilar fundamental ante el cambio social que necesitamos para enfrentar los desafíos de nuestro modelo de crecimiento en el largo plazo.

 

Anna Bonan

Cofundadora Purpose Latam

 

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