Productos que revalorizan residuos, en formatos compactos y que evitan el uso de envases plásticos, están marcando la pauta en el cuidado del hogar, en momentos en que la demanda por artículos sustentables ha crecido más de un 30% en América Latina.
Sin duda, los comportamientos de los consumidores han cambiado, dando un giro a decisiones de compra más conscientes con el planeta. Así lo muestra el informe “Tendencia de Consumo on line con impacto positivo en Chile y América Latina”, elaborado por la plataforma de e-commerce Mercado Libre, según el cual la demanda de opciones sustentables ha crecido más de un 30% en Latinoamérica en el último año y particularmente en Chile se ha incrementado en un 18%. En la misma línea, un análisis realizado por Accenture arrojó que el 43% de los chilenos afirma que ha aumentado sus expectativas en los últimos dos años respecto al impacto positivo que tienen las empresas en el medioambiente, mientras que el 64% dijo que ha cambiado de marca en los últimos 12 meses porque no cumple con las perspectivas de cuidado medioambiental.
En este contexto, un sector que se ha hecho cargo de esta realidad es la industria de la limpieza, instaurando soluciones de impacto positivo, que generan beneficios sociales y ambientales. Se trata de la llamada “limpieza sustentable”, un concepto que hace alusión al desarrollo de estos artículos con una mayor conciencia ambiental en su producción, incorporando tecnología y creando nuevos formatos al alcance de los consumidores. Pero, ¿cómo saber si un producto entra en esta categoría? Desde NanoLife, start up chilena que marcó un hito al crear la primera línea de productos de limpieza con nanotecnología natural, nos cuentan algunas claves.
La importancia de la economía circular
De acuerdo a datos del Ministerio de Medio Ambiente (MMA), el 58% de los residuos sólidos municipales en Chile corresponde a orgánicos, es decir, restos de verduras, de frutas, de podas, entre otros. De ellos, sólo un 1% se valoriza y el resto llega a los rellenos sanitarios o vertederos, donde pueden generar serios problemas ambientales. Bajo esta premisa, y gracias a la nanotecnología, NanoLife tomó las cáscaras de naranja y las convirtió en un agente de limpieza 1.000 veces más pequeño que un grano de arena, con un poder de remoción y efectividad superior. Ese es el componente central de su antigrasas, limpiapisos desinfectante, multiusos desinfectante y limpiavidrios, todos biodegradables e hipoalergénicos.
Menor peso, menor huella ambiental
El transporte es una de las industrias más nocivas para el medioambiente. Sólo en Santiago los automóviles y buses emiten anualmente 48.400 toneladas de contaminantes. De ahí la importancia de elaborar opciones que disminuyan la huella asociada a su distribución. En el caso de NanoLife crearon un formato compacto, las Nanorecargas. Es un modelo más evolucionado de recarga en limpieza y desinfección, que considera formatos hasta 50 veces más livianos y pequeños y que están concentrados en un nuevo nivel gracias al poder de la nanotecnología. Así, en lugar de necesitar varios camiones para distribuirlos a lo largo de Chile, se pueden trasladar cientos de litros en pequeños espacios.
Dejar de lado los plásticos de un solo uso
El plástico es uno de los grandes responsables del daño a los ecosistemas. Según Naciones Unidas el mundo produce 430 millones de toneladas métricas de este elemento al año, número que se triplicaría de aquí al 2060. Por eso, si hablamos de limpieza sustentable es necesario prescindir de estos elementos. Para Nanolife esa es una prioridad, por ello su modelo de recarga rápida fomenta la reutilización de las botellas, evitando envases que se usan por poco tiempo y pueden demorar más de 500 años en degradarse. A la fecha, ya han vendido más de 50.000 Nanorecargas, evitando alrededor de 2 toneladas de plásticos de un solo uso.
Equipo Prensa
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