En la VIII versión del Día de la Innovación, organizada por la Universidad de los Andes (UANDES), la Dirección de Innovación premió a Vairetti, académica de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Aplicadas e investigadora del Instituto Sistemas Complejos de Ingeniería (ISCI), por su destacada labor en la creación y transferencia de herramientas basadas en algoritmos avanzados que impactan directamente la toma de decisiones empresariales. La ceremonia contó con la presencia de autoridades como la ministra de Ciencia, Aisén Etcheverry; el gobernador metropolitano, Claudio Orrego; el vicepresidente ejecutivo de CORFO, José Miguel Benavente, y el rector de la UANDES, José Antonio Guzmán, quienes participaron de un espacio que, año tras año, acerca la investigación aplicada al mundo productivo.
Las dos tecnologías que le valieron el premio a Vairetti son sistemas integrados de análisis predictivo, orientados a optimizar procesos y resultados en la industria. Una de ellas es un Decision Support System (DSS) que, a través de sofisticados modelos de reconocimiento facial, mide el tiempo que cada presentador de televisión permanece en pantalla, usando estos datos para afinar la predicción de audiencias y mejorar la toma de decisiones en torno a la programación y la publicidad. La otra innovación se centra en aplicar algoritmos avanzados de análisis y predicción a grandes volúmenes de información, permitiendo a diversas áreas productivas —no solo la televisiva— anticipar escenarios, ajustar estrategias de negocio y potenciar la eficiencia.
“Este premio no solo reconoce la calidad y la aplicabilidad de la investigación, sino también el impacto significativo que tiene en la sociedad”, sostuvo Vairetti, quien considera que este tipo de herramientas tecnológicas suponen un avance que trasciende el entorno académico. Su experiencia, que parte en el laboratorio y se concreta en el mercado, evidencia la importancia de la relación entre universidad e industria. “La investigación académica puede tener un impacto directo en la vida cotidiana, generando un cambio real en la sociedad”, recalcó, subrayando que un logro como este demuestra el rol central de la colaboración con el sector productivo.
Llevar una innovación desde el campus a la calle exige más que rigor metodológico: implica una interacción constante con potenciales usuarios, validación en terreno y la capacidad de traducir la complejidad científica a soluciones concretas. “Sin esta colaboración entre academia e industria, solemos crear soluciones que, aunque valiosas en el laboratorio, no se aprovechan a pleno en la práctica”, señaló Vairetti. Su camino inspira a colegas y futuros investigadores a apostar por modelos colaborativos, en los cuales el conocimiento científico se convierte en un motor de cambio tangible.
Equipo Prensa
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