Los desafíos de la logística post pandemia
- El Covid-19 adelantó en tres años la necesidad de mejorar los servicios de distribución y transporte urbano, según Deloitte, con un crecimiento del ecommerce por sobre el 100%. Pero el reto es cada vez más grande: la logística y en especial la última milla, deberá cumplir ahora con envíos rápidos, pero sostenibles. Una exigencia de los consumidores que no se podrá pasar por alto.
Mientras en Latinoamérica parece una demanda lejana, en Europa ya se discuten detalles y se toman acciones concretas. España, por ejemplo, mueve 1,5 millones de paquetes diariamente; una cifra enorme que tiene consecuencias para quienes compran y para quienes no, porque el 25% del total de los gases contaminantes y el 20% del tráfico de las ciudades proviene de esta actividad comercial. Londres, con sus casi 9 millones de habitantes, tuvo que crear un centro de consolidación urbano para centralizar los envíos en un mismo punto.
La revolución de la logística post-coronavirus tendrá tres áreas bien reconocibles y otras tantas que, seguramente, se irán sumando en el camino. Para Fernando Cea, director de la agencia de contenido Azotea, “en los próximos meses hablaremos de una logística con propósito y una cadena de suministro completa que tendrá que funcionar de manera más transparente hacia los clientes. Esta nueva forma de operar necesariamente se debe acompañar de una comunicación clara y accesible”.
Más medidas sanitarias
A nivel mundial, la llegada del Covid-19 alteró toda la cadena logística, obligando a una trazabilidad higiénica nunca antes imaginada. Desde la entrega de pedidos, el almacenaje de mercancías hasta las políticas de devolución, todo se debe realizar ahora con el máximo cuidado sanitario. Empresas y clientes están llamados a asumir ese nuevo costo, alguien tendrá que pagarlo.
Menos huella de carbono
El confinamiento nos ratificó una verdad incómoda: las emisiones de CO2 se pueden (y se deben) reducir. Pero esta preocupación por el medioambiente y la sostenibilidad no va de la mano, necesariamente, con el crecimiento explosivo del ecommerce y la cantidad de entregas. Sin un compromiso de todos, incluida una regulación acorde, parece difícil disminuir la huella de carbono.
Infraestructura y tecnología
Un cliente feliz, recibiendo su producto a tiempo y en buenas condiciones, requerirá una gestión eficiente en cada paso anterior de la cadena logística. Y antes que la tecnología impulse cambios más veloces con vehículos autónomos, drones, robotización de tareas o big data, tendremos que mirar las grandes bodegas y todo lo que las rodea.
Ideas existen por montones. «Para reducir la congestión hay que crear sistemas que establezcan repartos más eficaces y sostenibles. Lo más factible es que los camiones trasladen las mercancías a pequeños almacenes logísticos en centros urbanos (llamados micro-hub) por la noche y que, desde allí, se repartan al día siguiente a sus destinatarios con vehículos más pequeños y rápidos», ha dicho Ramón García, director del Centro de Innovación para la Logística y el Transporte de Mercancías, al diario El País de España.
La diversificación del ecommerce, motivado por la pandemia, le está cambiando la cara al comercio tal y como lo conocíamos. Lockers, dark stores y reconversión de tiendas en almacenes parecen el inicio de una nueva etapa para las ventas online donde la logística y la última milla se apresura por llegar a tiempo.
Crédito imágenes: Pexels.com
Equipo Prensa
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