Por Pedro Quiroz Araya, gerente de Tecnología de Bagrou
Mucho se ha hablado en los últimos años respecto a los avances que el uso de nuevas tecnologías tendrá en el ámbito laboral. Y si bien conceptos como Big Data, Cloud, Blockchain e Inteligencia Artificial son nombrados con frecuencia, su aplicación suele circunscribirse a las áreas de tecnología de las empresas. De ahí que el resto de las unidades operacionales no logre visualizar impactos relevantes en sus funciones diarias, cuando surgen o se adoptan nuevas herramientas.
¿Quién no ha escuchado frases como: “no sé en que me ayuda este nuevo sistema” o “para qué me sirve esta nueva tecnología”? Lo anterior, no es más que el fiel reflejo de una deuda pendiente. Y es que, muchas veces, el área TI prioriza la implementación de la tecnología, sin evaluar su impacto en los diferentes departamentos de la organización.
Entregar valor al cliente interno debiera ser el norte para todos los líderes TI, pues, cargan con una enorme responsabilidad: la de resolver los cuellos de botella para impulsar la optimización de los procesos internos.
¿Cómo alinear la implementación tecnológica con las expectativas de los usuarios? Con escucha activa. Acercarse a las personas, ayudará a entender cómo ejecutan sus labores; mientras que estudiar detenidamente los procesos manuales facilitará el diseño de soluciones que alivien su carga de trabajo, disminuyan o eliminen los errores y liberen tiempo para usarlo en actividades que realmente agreguen valor.
De esta forma, nuestro valioso capital humano aprovechará a concho las ventajas que trajo consigo la era digital. En este ámbito, organizaciones de diversos rubros han automatizado tareas apostando por la robotización de procesos (RPA, Robot Process Automation).
¿Por qué invertir tiempo en tareas repetitivas que una máquina puede ejecutar tal como lo haría una persona, pero disminuyendo casi a cero los errores operacionales? En Bagrou hemos comprobado que los avances de la tecnología no sólo aportan confiabilidad a los procedimientos y mejores resultados administrativos, sino también bienestar a los equipos humanos.
Pero eso no basta. Los especialistas en TI estamos en deuda. Somos nosotros los llamados a evangelizar a las personas, para que puedan percibir el valor del cambio en todo su esplendor, ayudándoles a abrirse a nuevas soluciones que les permitan desligarse de funciones tediosas y repetitivas. Así no sólo crecerá la empresa, sino también cada trabajador que recupera tiempo para aprovecharlo en actividades más desafiantes, que fortalezcan su motivación y desarrollo profesional.