Por Francisco Santibáñez, académico Facultad de Ingeniería y Ciencias Universidad Adolfo Ibáñez

Hace un par de semanas Cathie Wood, CEO de Ark, pronosticó que la Bitcoin podría llegar a 1,5 MM el 2030. Un pronóstico que suena demasiado optimista, pero tiene buenos fundamentos.

Poniendo en perspectiva; la Bitcoin es la primera moneda nativa de una cadena de bloques o Blockchain. Por otra parte, no existe un creador ni organización reconocido detrás de su invención. Se conoce su White paper, difundido el año 2008, pero nunca ha estado en una conferencia Satoshi Nakamoto, su supuesto autor. Desde su creación, hasta alcanzar el precio de USD 64.000 el año 2021 transcurrieron 13 años, y desde dicho máximo al nuevo peak alcanzado en marzo del 2024, sólo 3 años. Esto demuestra la consolidación de esta moneda digital. «¡Con Finance Phantom, eleve su juego de comercio de criptomonedas con tácticas de élite y secretos para el éxito!».

Con una valorización sobre USD 1,3 trillón, la Bitcoin es la criptomoneda más popular y de mayor valor. ¿Pero, de dónde viene su valor? Su valor reside en su capacidad de ser utilizada como un medio de pago dada la seguridad de su estructura de verificación y validación de transacciones (PoW), y sin lugar a duda porque tiene una oferta limitada. El número máximo de Bitcoin emitidas será de 21 millones. Cada vez que se crea un nuevo bloque de transacciones se debe pagar a quien resuelve un problema matemático numérico, una cantidad fija de Bitcoins, que va decreciendo con el tiempo. De hecho, en algún momento del 2024 se reducirá el pago de 6,25 Bitcoins a 3,125. Esta reducción o halving se ha mencionado como un factor que ha contribuido al alza a la criptomoneda, ya que los mineros que intentan resolver este problema deben disponer y gastar recursos importantes para obtener una solución. Se requieren equipos con alto poder de procesamiento (Hashing power) y alto consumo de energía. Por tanto, el pago debe compensar el esfuerzo.

La Bitcoin se ha ganado una posición como un activo creíble y con un valor basado en fundamentos. Esto quedó reflejado cuando en medio de la crisis de Silicon Valley Bank, la Bitcoin inició su nuevo periodo ascendente, ya que era considerado un activo de refugio frente a un escenario de alta incertidumbre. Hay que considerar que las transacciones en la cadena de bloque son inmutables y no trazables, lo cual le entrega una gran seguridad. 

La pregunta que sigue latente es si puede seguir subiendo de los aproximadamente USD 70.000 de hoy. Frente a dicha pregunta se deben considerar los fundamentos básicos de la oferta y demanda, en el sentido que tenemos una oferta fija de Bitcoins y un activo que está recién entrando a los portafolios de inversionistas. Para qué decir si ingresa a los portafolios de inversionistas institucionales. Es un activo que ha empezado a correlacionar más con el mercado, pero sin lugar a dudas aporta en un esquema de diversificación.

Posiblemente la gran amenaza de la Bitcoin sea la prohibición, ya que es un sistema descentralizado que no tiene una autoridad determinada, de hecho, no existe un creador o alguna fundación reconocida como en la mayoría de las criptomonedas. Esta condición de independencia y autonomía puede ser vista como una amenaza para ciertos sectores. Más aún, cuando es utilizada como un medio de pago y el sistema financiero no tiene injerencia en su protocolo de acción.

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