- Cuando decíamos “el momento es ahora”, nos referíamos a que era la hora de actuar. El planeta tierra nos está cobrando facturas muy costosas, dando golpes certeros a las distintas industrias, principalmente a la logística marítima, afectando directamente al comercio global.
Han transcurrido casi siete meses desde que la Organización Meteorológica Mundial declaró el inicio del fenómeno de calentamiento El Niño, situación que dejó entrever una clara advertencia a los gobiernos: hay que prepararse tanto para los eventos climáticos extremos como para los niveles récord de temperaturas.
En línea a esto, un informe de Meteored señala que el fenómeno El Niño está alcanzando su máxima intensidad, por lo tanto, indican que podría debilitarse dentro de los próximos meses. Sin embargo, los pronósticos de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA en inglés) apuntan a que existe la posibilidad de que en algún momento de este 2024 se forme el fenómeno La Niña, el opuesto a lo que hemos vivido estos últimos meses (se enfrían las temperaturas del Océano del Pacífico Tropical y países que con El Niño presentaron precipitaciones e inundaciones, con La Niña podrían tener más sequías y viceversa).
Esto es solo una muestra de lo cambiante que está el medio ambiente. Hoy, los fenómenos climáticos no se comportan de la manera esperada. Los cambios radicales de temperatura, la escasa presencia de algunas estaciones y la llegada de las tormentas en distintos países son la prueba fehaciente de las advertencias emitidas en reiteradas oportunidades por los especialistas en cuanto al calentamiento global.
Este tipo de escenarios son una amenaza directa a los puertos y las navieras, que mueven casi el 90% del intercambio nacional y el 80% del comercio mundial, pues cualquier situación natural que se esté atravesando, ya sea aumento del nivel del mar, sequía y fuertes marejadas, impactan principalmente en la seguridad de los colaboradores y en el cierre de puertos. Esto afecta al intercambio comercial de las naciones y genera retrasos en la entrega de mercancías.
Canal de Panamá golpeado por la sequía
El fenómeno El Niño está relacionado con el calentamiento de las temperaturas de las superficie del agua en el océano pacífico oriental y central. Este es hoy el dolor del Canal de Panamá, el cual enfrenta una sequía y, por lo tanto, las autoridades se han visto obligadas a emitir nuevas y constantes restricciones para continuar con su funcionamiento.
Además de la reducción de los cruces diarios, otra de las medidas que tomaron las autoridades panameñas fue limitar el peso máximo de los barcos. Todas estas acciones, según reportes publicados en distintos medios de comunicación del mundo, han generado un aumento de los precios de envío entre China y Estados Unidos.
En Chile, lo que se vió más afectado fue el traslado de cobre y cerezas frescas del país hacia Asia y Estados Unidos.
Si bien muchas empresas han optado por otras rutas marítimas para evitar los retrasos, la situación sigue siendo alarmante en medio de una temporada en que las compañías esperan las mercancías para dar inicio a un nuevo año de ventas.
El trabajo del sector para disminuir el impacto
La industria de transporte marítimo es considerada una de las que más colabora con la contaminación ambiental. Es por ello, que las compañías a cargo están trabajando en medidas concretas y en el uso de combustibles sustentables que permitan reducir el impacto negativo al medioambiente.
En julio de 2023, en una reunión de la Organización Marítima Internacional de las Naciones Unidas, en Londres, los países marítimos acordaron reducir a cero las emisiones del sector para 2050. El plan exige que la emisiones en esta industria se reduzcan 20%, con el objetivo de alcanzar el 30% en 2030 y al menos 70% u 80% en 2040.
Es en línea a esto, que las empresas de logística están trazando metas y desarrollando nuevas políticas alineadas con el cuidado del medioambiente. La descarbonización de las operaciones es uno de los pilares principales de las estrategias. De hecho, el Grupo DHL está invirtiendo un total de 7.000 millones de euros para 2030 en medidas que apoyen la reducción de sus emisiones de CO2 como los combustibles alternativos para la aviación, la ampliación de la flota de vehículos eléctricos de cero emisiones y los edificios climáticamente neutros. Esto forma parte del camino de la compañía hacia su objetivo de cero emisiones para 2050.
Sin duda, la prioridad de la industria debe ser contar con procesos productivos eficientes, ágiles, limpios y seguros. Estar al día en materia tecnológica y ecológica es esencial para impulsar la logística sostenible del mañana.
Equipo Prensa
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