Por Cristián Martínez, fundador de Crece Inmobiliario, Ingeniero Comercial, Magister en Administración de Empresas de IEDE y Master de Administración de Empresas en la Universidad de LLeida
Escoger entre una casa o un departamento, ya sea como inversión o para uso como vivienda personal, es una decisión de gran relevancia. Ambas propiedades tienen su atractivo, ofreciendo ventajas y desventajas que vale la pena sopesar.
En esto, es importante pensar en cuál será la finalidad de la propiedad. Si lo que se busca es habitar el inmueble, hay que considerar quiénes serán los habitantes del mismo. Por ejemplo, familias con niños pequeños, a menudo, optan por casas, considerando los beneficios de un espacio más amplio, con espacios para el juego y la recreación. También, la proximidad a los colegios suele ser preponderante, ya que muchos optan por una propiedad cercana a instituciones educativas para sus niños.
Por otro lado, familias con hijos mayores, cuyos días en el hogar quizás están contados, podrían encontrar mayor conveniencia en un departamento, por su practicidad y facilidad de mantenimiento, así como también personas sin hijos, como parejas jóvenes o solteros y solteras.
Es importante revisar el presupuesto disponible y los ingresos familiares, ya que esto determinará si se califica para una casa o un departamento. En general, los departamentos suelen ser más económicos debido a que tienen menos metros cuadrados, haciéndolos más asequibles para ciertos presupuestos.
Ahora, si hablamos netamente de inversión inmobiliaria, los departamentos se alzan como la opción favorita. Esto ocurre porque la inversión por metro cuadrado es generalmente más baja que en una casa, permitiendo una entrada al mercado inmobiliario a un costo inicial más bajo.
La seguridad inherente a los departamentos también es un factor clave. La presencia de vecinos que, de manera indirecta, vigilan la propiedad, actúa como un disuasivo para comportamientos indeseables de los arrendatarios. La pronta detección de problemas como fugas o daños contribuye a mantener el valor de la inversión.
La administración en los departamentos garantiza un control más riguroso, ya que, para cualquier modificación o reparación, se requiere el aval de la comunidad, lo que asegura un mantenimiento adecuado de la propiedad. Esto se convierte en un elemento positivo para resguardar la inversión a largo plazo, especialmente cuando se trata de arrendamientos.
Aunque las casas pueden ofrecer cierta independencia y libertad, carecen de estos controles, salvo aquellas que están dentro de condominios cerrados.
La decisión entre casa o departamento depende de la situación personal y de inversión. Para aquellos buscando seguridad, menor riesgo y una inversión más controlada, los departamentos sin lugar a dudas, en la actualidad, se presentan como la opción más atractiva.
Equipo Prensa
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