- La infraestructura digital, y en particular los centros de datos, se ha convertido en un pilar fundamental de la economía moderna. Con el creciente uso de herramientas de inteligencia artificial (IA), la demanda de estas instalaciones sigue en aumento. Al mismo tiempo, la sociedad depende cada vez más de ellas para hacer posibles los servicios digitales con los que interactuamos cada segundo del día. Dado su valor creciente, es esencial garantizar que el impacto de los centros de datos en los recursos locales sea manejado de forma responsable y sostenible, considerando las múltiples aristas de este desafío.
Aunque el consumo de agua de los centros de datos a nivel global es significativo (306.600 megalitros anuales), este representa solo un 0,33 % del consumo del rubro de la moda y un 0,003 % del de la agricultura. Sin embargo, la industria reconoce que siempre hay margen de mejora y que es crucial avanzar hacia una mayor eficiencia y responsabilidad ambiental. En particular, los centros que soportan consultas de IA requieren sistemas de refrigeración que, dependiendo de la tecnología utilizada, pueden tener diferentes niveles de impacto en los recursos hídricos. En este contexto, la industria debe reconocer su responsabilidad y comprometerse cada vez más con el uso eficiente del agua. La elección de métodos de refrigeración y las tecnologías adoptadas determinarán si los centros de datos operarán bajo un modelo de sostenibilidad responsable.
Para abordar este desafío, la industria debe ser crítica y adoptar estrategias que se adapten al contexto hídrico local. La refrigeración por aire, aunque consume más energía, se ha implementado en zonas con alto estrés hídrico como una medida para reducir la presión sobre los recursos de agua. La adopción de métodos alternativos, como la refrigeración geotérmica o el uso de agua de lagos profundos, ha mostrado ser eficaz en la reducción del consumo energético sin incrementar el uso de agua. Por ejemplo en Toronto, un sistema de refrigeración por agua de lagos profundos ha permitido reducir el consumo energético de un centro de datos en un 50 %, sin comprometer los recursos hídricos locales.
Otro aspecto fundamental es la transparencia. Actualmente, muchos operadores se limitan a monitorear el consumo de energía, mientras que el uso de agua y la gestión de residuos electrónicos permanecen en gran medida opacos. Para avanzar hacia una verdadera sostenibilidad, la industria debe adoptar prácticas rigurosas de reporte, alineadas con estándares internacionales. Esto permitirá una comparación efectiva y una evaluación precisa del impacto real de cada centro de datos en las comunidades locales y en el medio ambiente.
Finalmente, la colaboración con las comunidades y los gobiernos locales debe ser parte integral de la planificación de nuevos centros de datos. Evaluar el contexto hídrico y garantizar la participación de los actores locales es esencial para evitar conflictos sobre el uso del agua y clave para el desarrollo sostenible de la infraestructura digital.
El futuro de la infraestructura digital depende de cómo abordemos estos desafíos hoy. La necesidad de centros de datos seguirá en aumento, pero la disponibilidad de agua no. Es responsabilidad de la industria garantizar que el crecimiento tecnológico no comprometa los recursos hídricos, sino que contribuya a un desarrollo sostenible y equitativo. Las decisiones que tomemos ahora definirán si los centros de datos serán parte del problema o parte de la solución frente a la crisis hídrica.
Equipo Prensa
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